ABC Bienestar para ALDI
Centollo
Además de proteínas de alta calidad, el centollo aporta omega 3 y vitaminas como la niacina, la vitamina B6 y la vitamina E
El centollo (Maja squinado) es también conocido como changurro o txangurro, cámbara, araña, cranca, pateiro, bruño o cangrejo velludo. Es un crustáceo braquiuro y decadópodo, perteneciente a la familia de los Majidae, la misma de los cangrejos. Vive en la costa, en fondos rocosos y arenosos a más de 100 metros de profundidad.
Este crustáceo, que es un auténtico manjar , tiene el cuerpo con forma redondeada y llega a medir hasta 20 cm de diámetro, por lo menos los consumidos en España. En Japón pueden encontrarse centollos de 60 cm.
El aspecto del centollo no es nada atractivo, pero su carne es deliciosa y es un auténtico manjar, muy apreciado en cocina. Este crustáceo de color rojizo, caparazón grande y con pinchos, tiene cinco pares de patas, que en un principio eran locomotoras. Sin embargo, las dos delanteras se han convertido en potentes pinzas y el resto son largas, delgadas y velludas.
¿Centollo o centolla?
Sí, el macho y la hembra de este crustáceo tienen sus diferencias y los paladares más exigentes se decantan más por la versión femenina que por la masculina. Y te preguntarás, ¿son tan distintos?
Físicamente es fácil distinguirlos cuando están puestos boca abajo, por la forma del abdomen que tienen, el del centollo es más estrecho y alargado, mientras que el de la centolla es redondeado y abultado, porque ahí pone 15.000 huevos.
Otra diferencia física entre el centollo y la centolla es las pinzas , las del macho son considerablemente más grandes. Por último, a la hora de ir a comprar estos crustáceos podemos observar la manera en la que tienen las patas. Si están más recogidas, se trata de un centollo, y con las patas más estiradas es una hembra.
Hasta aquí las diferencias visuales. Ahora hay que ver qué determina las diferencias de sabor entre la centolla y el centollo. Unas diferencias que si no eres un consumidor bastante habitual de este cangrejo no llegues a apreciarlo.
Muchos dicen que el sabor de las patas del centollo es más marino e intenso, mientras que el sabor de su cuerpo es más consistente y seco. Por su parte, la carne de la centolla es mucho más suave y jugosa .
Pero lo que hace el sabor único de las centollas es el 'coral', que en realidad son las huevas , con lo cual es algo exclusivo de las hembras. Esto se puede comer solo o acompañado de la carne y es lo que le da un sabor característico y determinante. Además, si se mezcla hay mayor cantidad de comida, por lo que de esta forma se compensa el menor tamaño de la hembra frente al macho.
Una vez que nos hemos puesto finos y con los dientes largos por tener ganas de degustar un centollo o centolla (ahí también van los gustos de cada uno) vamos a ver el valor nutricional de este cangrejo. Sin dejar de apuntar que durante mucho tiempo se ha creído que la carne de las centollas tienen propiedades afrodisíacas. Pues bien, salgamos de dudas.
Los centollos son una gran fuente de proteínas de alto valor biológico. Por el contrario, como todos los mariscos es una fuente de colesterol, pero cabe recordar que no tiene por qué estar relacionado el colesterol dietético con el colesterol sanguíneo. Además, estos crustáceos son ricos en ácidos grasos insaturados (Omega-3).
Las vitaminas más importantes que aporta la ingesta de centollos son la niacina, vitamina B6 y la vitamina E.
En cuanto a los minerales, estos crustáceos son ricos en selenio, fósforo, zinc y yodo. Es por sus altos contenidos en zinc que se consideran afrodisíacos, ya que este mineral aumenta la libido y la producción de hormonas sexuales.
Curiosidades
Los centollos se encuentran en el océano Atlántico, mar Mediterráneo y Cantábrico. Existe también la centolla francesa que se encuentra todo el año.
En España, la más consumida es la gallega, que se recomienda comer en los meses con «r» (diciembre, enero, febrero, marzo y abril), ya que de junio a noviembre existe una veda y no se pueden pescar.