Cabracho
Cabracho: el pescado que permite combatir la anemia
El Scorpaena scrofa (también denominado escorpena, escorpión rojo , gallineta, cabracho , rascasote y rascacio ), es un pez de la familia scorpaenidae de color rojo y cubierto de espinas. Su peso puede llegar hasta casi los tres kilos pero son raros los ejemplares que superan los dos kilos. Habitualmente habitan entre los 10 y los 500 metros de profundidad, aunque es posible encontrarlos con poca agua semienterrados en la arena.
El cabracho se alimenta de crustáceos , moluscos y distintas clases de pequeños peces. Posee una carne prieta y blanca de sabor intenso, con matices que recuerdan al rape o al marisco.
Valores nutricionales
- Energía 381 kJ/91 kcal
- Grasas 1,7 g
- Ácidos grasos saturados 0,4 g
- Ácidos grasos monoinsaturados 0,3 g
- Ácidos grasos poliinsaturados 0,5 g
- Hidratos de Carbono < 1 g
- Proteínas 19,0 g
- Vitamina A 57,0 µg
- Vitamina B3 3,30 mg
- Vitamina B12 3,80 µg
- Calcio 9 mg
- Fósforo 178 mg
- Magnesio 26 mg
- Potasio 405 mg
- Sodio 60 mg
Una de las características principales del cabracho es que posee numerosas espinas a lo largo de su cabeza y aletas. Estas espinas son venenosas incluso cuando el cabracho no está vivo, sobre todo las de la cabeza. Son muy afiladas y pincharse con una provoca de inmediato hinchazón y dolor agudo. Es por ello que se recomienda utilizar guantes para limpiarlo.
Propiedades y beneficios de su consumo
El cabracho es un pescado con una aportación caloríca mínima y bajo en grasa . A su vez es rico en proteínas, lo cual hace de él un alimento ideal para personas que realizan dietas hipocalóricas y deportistas.
Tiene un alto contenido en hierro, lo que permite combatir la anemia . A su vez contiene potasio, que ayuda a regular el funcionamiento del sistema nervioso.
Por último cabe destacar su elevado contenido en Vitamina B, que aporta antioxidantes y ayuda a fortalecer el sistema inmunitario.
Cómo prepararlo
El cabracho es un pez muy valorado en nuestra gastronomía, de altísima calidad. Es habitual que esté presente en las calderetas, fumet y caldos de pescados.
En los años 70, el renombrado cocinero José María Arzak popularizó su uso creando el pastel de cabracho, consiguiendo así que niños y mayores que no consumían pescado quedaran deleitados con esta receta.
En la zona del Mediterráneo es habitual prepararlo guisado o en sopa, mientras que en el Norte de España suelen cocinarlo asado, al horno o a la brasa.