Ursusagalamatofilia

El término « ursusagalamatofilia » hace referencia a la excitación sexual por los juguetes de peluche o por personas disfrazadas con traje de animal (osos, tigres, perros, gatos...). Esta parafilia recibe otros nombres como «plushophilia» o «peluchofilia». Mientras que a algunas personas les gusta mantener relaciones íntimas vestidos con disfraces de animales, a otros les produce excitación masturbarse con muñecos de peluche.

Es una parafilia que no es muy conocida y, salvo diagnóstico clínico que confirme que es un trastorno que necesita un tratamiento específico, se trata de una práctica sexual inofensiva, que no tiene nada que ver con la zoofilia (copular con animales), sino que más bien consiste en fantasear eróticamente con personas caracterizadas o disfrazadas de animales o excitarse con muñecos de peluche. En Estados Unidos existen grupos de contactos donde los integrantes se visten así y en Japón hay un anime (serie de dibujos animados) que está basado en esta filia.

Con frecuencia los peluchefilicos son coleccionistas de juguetes de peluche y pueden llegar a acumular varios ejemplares de todas las formas y tamaños.

La textura de los peluches y de los disfraces de animales resultan agradables al tacto para muchas personas, lo que podría explicar esa atracción. Aunque también esa combinación entre la dulzura que transmiten y el morbo sexual podría estar detrás de ese interés.

Sobre el origen de este tipo de parafilia, el psicólogo Martin Seligman afirma que la mayoría de parafilias y fetichismos surgen en la infancia por un condicionamiento clásico, como resultado de un momento de excitación o placer conseguido a través de un objeto determinado o asociado a él, lo que hace que suja así el objeto fetiche.

Sin embargo, para que llegue a convertirse en filia o en fetichismo es necesario que el placer vinculado al objeto se produzca más de una vez, ya que, excepto en el condicionamiento aversivo-gustativo se requieren más de una exposición para asociar dos estímulos.

Esta filia, también conocida como «peluchofilia» , es totalmente inofensiva y es una de las más dulces y blancas de todas ellas. Aunque ha habido casos controvertidos -un joven estadounidense de veintiocho años fue detenido hasta en cuatro ocasiones por mantener sexo en público con un oso de felpa-, en principio, las personas que la practican no presentan aversión a las relaciones sexuales con personas. De hecho, la ursusagalamatofilia también se concibe como un tipo de juego erótico con la pareja, usando disfraces de animales o peluches durante el acto para una mayor excitación.