El curioso síndrome que sufre Barbie en su película es más común de lo que se cree
En psicología se conoce como atelofobia y puede ser un trastorno limitante pues, si se lleva al extremo, puede hacer que esa persona se considere un fraude
¿Es la resiliencia crecerse ante la adversidad ? Etimológicamente este término proviene del latín «resilio», que signigica «volver atrás, volver de un salto, resaltar o rebotar». La RAE define esta palabra como la «capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos». Pero en una segunda acepción, referida a la mecánica, añade además que la resiliencia es la «capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido».
Así, desde el ámbito de la psicología se combinan, de alguna manera, todas estas acepciones, de modo que la resiliencia sería la capacidad de afrontar la adversidad creando los recursos psicológicos necesarios para salir fortalecidos y alcanzar un estado de excelencia profesional y personal. Según explican en el Instituto Español de Resiliencia, es una cualidad innata pero también se considera un proceso dinámico y por tanto se puede desarrollar como una capacidad de adaptación a diferentes entornos adversos sin generar un nivel de estrés negativo.
La resiliencia se interpretó inicialmente como una condición innata, pero desde la década de los sesenta ha vivido una evolución, pues se enfocó en los factores no solo individuales, sino también familiares, comunitarios y, más adelante, culturales. Así, los investigadores del siglo XXI entienden la resiliencia como un proceso comunitario y cultural, que responde a tres modelos: «compensatorio», «de protección» y «de desafío».
El psicólogo y cofundador de la terapia cognitivo-conductual Donal Meichenbaum apunta las características de una persona resiliente en su «Hoja de ruta para la resiliencia»:
Son positivas , pues tienden a fomentar las emociones positivas con más pasión que las negativas y suelen ver la vida con optimismo y esperanza. Además, tienen un fuerte sentido del humor y se ríen de sí mismas.
Son proactivas , pues en lugar de esperar de forma pasiva a ver qué pasa en la vida, buscan la manera de hacer o provocar algo. Eso sí, cuando saben que no está en su mano cambiar algo, aprenden a aceptarlo y a sacar el máximo partido de esa situación.
Son flexibles . Y esto quiere decir que saben adaptarse a las distintas situaciones, siempre con mente abierta y asimilando nuevas ideas. No necesitan llevar la razón.
Son saludables . Practican el autocuidado, es decir, procuran cuidar su cuerpo y su mente, con una alimentación adecuada, con ejercicio regular y no suelen incluir en sus vidas prácticas nocivas como el alcohol o el tabaco.
La neurociencia constituye también un sustento de los trabajos relacionados con la resiliencia, pues aporta la base científica que muestra que el cerebro humano es capaz de adaptarse a los cambios a través de la plasticidad neuronal.
Autoconfianza que lleva a la anticipación porque permite leer la realidad de una manera distinta
Alto nivel de flexibilidad que permite actuar de forma distinta basándose en la adaptabilidad
Fuerte orientación al logro y perseverancia
Desde un punto de vista organizacional, la resiliencia es un requisito indispensable para lograr el éxito empresarial en entornos altamente competitivos
«El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos» (Ernest Hemingway)
«Recuerda siempre que eres más grande que tus circunstancias, eres más que cualquier cosa que te pueda ocurrir» (Anthony Robbins)
«Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo» (Friedrich Nietzsche)
«Los obstáculos no tienen que detenerte. Si te encuentras con un muro, no te des la vuelta o de rindas. Averigua cómo escalarlo, atravesarlo o rodearlo» (Michael Jordan)
«Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él» (Henry Ford)
«Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca debemos perder la esperanza infinita» (Martin Luther King)
«La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien con una mano pobre» (Robert Louis Stevenson)