Qué es la serotonina y por qué influye en el estado de ánimo
Sus funciones principales son el control emocional y la estabilidad del estado de ánimo
El uso de este término libido , habitual en el día a día, hace referencia al « deseo » o el « impulso » sexual. Proviene del latín y se usa tanto en el ámbito de la medicina como en el del psicoanálisis. Desde el ámbito de la medicina, se aplica específicamente al deseo sexual . De modo que, en líneas generales, los médicos consideran que un nivel de libido inferior a lo normal presentaría una patología. El criterio que se aplica es el de atribuir esa menor libido o esa falta de deseo sexual a un trastorno emocional.
Como comportamiento sexual, la libido ocuparía la fase apetitiva en la cual un individuo intenta acceder a una pareja potencial mediante el desarrollo de ciertas pautas etológicas.
Desde el punto de vista psicológico, caben destacar los trabajos en torno a la libido tanto de Sigmund Freud , que introdujo el concepto en la literatura filosófica, psicológica y psicoanalítica, como de Carl Gustav Jung.
Freud propone que la libido es la «energía de las pulsiones o instintos que dirige toda conducta». Aunque inicialmente aseguró que la libido tenía un carácer sexual, a lo largo de su teoría incluyó en este concepto otros tipos de «energía». Así, en el psicoanálisis freudiano el término «libido» hace referencia a un afecto (o emoción) vinculado a una pulsión concreta, es decir entendió por libido la energía de las inclinaciones que se refieren a todo lo que se puede abarcar con el término «amor» (sexual, a sí mismo, a los padres, a los hijos, al a humanidad...). El autor se refirió a estos impulsos como «pulsión de vida», «Eros» y más adelante añadió otra clase diferente de pulsión: la de la muerte o Tánatos.
En el caso de Jung éste identificó el conceto de libido con la energía psíquica en general o manifestación de los procesos vitales, que con frecuencia toman la forma de un deseo. El origen de esto sería la oposición entre dualidades en la mente.
Las definiciones de ambos autores tienen alguna similitud, pero mientras que el padre del psicoanálisis manifiesta que la energía libidinal es básicamente sexual, Jung dio a la libido un carácter más amplio. De hecho, el origen o base de este término fue uno de los primeros puntos de sus discrepancias con Freud. En líneas generales, la doctrina de la libido prescinde de los aspectos sociales de la existencia humana y biologiza su esencia.
Según el diccionario de la RAE, debe pronunciarse como una palabra llana y no como esdrújula. De hecho, no lleva acento en la primera sílaba.
Aunque termina en «o» la palabra es femenina y ha de ir precedida de artículos femeninos. Es correcto decir «la libido»
Algunas personas confunden este término con «lívido», que es con «v» y con acento y que significa amoratado o intensamente pálido