Álvaro Holgado
No soy una 'focking' bestia
A este paso, va a haber que focking emigrar algún día. Y se nos va a quedar una cara de focking tontos
Álvaro Holgado
A este paso, va a haber que focking emigrar algún día. Y se nos va a quedar una cara de focking tontos
Álvaro Holgado
A la memoria se la tiene que matar dos veces, sino se desprende enfrente tuya en los lugares más inoportunos. Y a veces, ni aún así
Álvaro Holgado
En la mesa de la precariedad te sientan y de la mesa de la precariedad uno se va al suelo, como un niño, a tocar fondo
Álvaro Holgado
«La última vez que fui al médico me dijo que tenía que dejar el curro que tenía porque a lo mejor me daba un jamacuco en los próximos meses si seguía en ese plan»
Álvaro Holgado
El neorrealismo de nuestro tiempo tiene lo peor del pasado y lo peor del futuro
Álvaro Holgado
Cuando uno no hace nada ve cristalinamente que todo en esta vida que vivimos como se puede tiene que ver con el tiempo y con el deseo
Álvaro Holgado
Es fácil confundir la calma con la docilidad. Y no es lo mismo, vaya si no es lo mismo
Álvaro Holgado
No es mal punto de partida para superar levemente el hastío, votar, claro, pero que esto vuelva a tener algo, aunque sea un mínimo, de sentido más allá del domingo
Álvaro Holgado
De repente hay una preocupación inmensa por ese todo homogéneo que a duras penas constituye la juventud
Álvaro Holgado
Lo peor de esta simulación de las cosas es que cuanto más se interpretan esos papeles impuestos, lo normal es la tristeza o el enfado
Álvaro Holgado
Queremos lo que nos gustaba, pero nuevo. Todo el rato. En tiempo y forma, además. Y si no, ya no vale
Álvaro Holgado
A mí me encanta ver a los que bailan salsa, pero sobre todo a los que le dan a la bachata
Álvaro Holgado
Es evidente que existe y ha existido un imperativo cualitativo en casi todo el sector periodístico
OPINIÓN
Nos pasa a menudo que queremos que la vida nos venga hecha, que nos den una información plena, contrastada, sin ambages, sobre cómo va a suceder todo
Álvaro Holgado
Aceptando de vez en cuando la tristeza, que es necesaria a veces y equilibra el cuerpo, y por eso precisamente no debería acojonar tanto