Atlético-Getafe

Griezmann, principio y fin de todas las cosas

Doblete del francés en un partido discreto del Atlético ante un Getafe que apenas opuso resistencia. Correa volvió a ser revulsivo

Griezmann, principio y fin de todas las cosas AFP

MIGUEL ÁNGEL BARROSO

El verano se despidió del Calderón con una tarde agradable que, sin embargo, no animó a los aficionados a llenar el estadio. Esto acaba de empezar y ya se percibe cierto empacho, y el martes, salvo que sea europeo, no suele maridar con el fútbol. Ganó el Atlético en un partido que empezó y acabó con Griezmann y, entre medias, no ofreció fútbol para la posteridad.

[Así hemos contado el partido]

Revolucionó Simeone el once dando la alternativa a Savic en el centro de la defensa, con Siqueira en la banda izquierda, Saúl de mediocentro y Carrasco como extremo, demostrando con estas rotaciones que tiene intención de que esta temporada sea todo lo larga posible para el Atlético. Un equipo nuevo, aunque no precisamente afinado , ante un Getafe que suele defraudar en el Calderón. Y si encima en el calentamiento los de Fran Escribá son recibidos con un tema desbocado de decibelios que mezcla «Thunderstruck», de AC/DC, y «Ghostbusters», de Ray Parker Jr., el asunto se tuerce desde el principio. Con los ecos de «Thunder Busters», que así llaman este mix terrible, empezó el partido.

Y con madrugón de Griezmann. El francés ha empezado el curso como un tiro , y si encima le dan facilidades, no suele fallar. Despejó Guaita de puños un saque de esquina, Gabi enganchó el balón en la frontal del área y habilitó al 7 rojiblanco, solo para revolverse y empalmar a gol. Cuatro minutos de juego y el Atlético ya viajaba en canoa. Aunque ahí, tan pronto, se acabaron sus ocasiones en la primera mitad.

Volcaron los locales su juego por la izquierda, donde Carrasco buscó los espacios que necesita para respirar, pero sus aproximaciones fueron atropelladas. El Getafe tardó media hora en acordarse de que existía Oblak. Fue en un disparo lejano de Lafita que el portero detuvo en dos tiempos. Mejor lo tuvo Scepovic tras un error de Óliver al ceder hacia atrás; Oblak siguió haciendo su trabajo. No estuvo fino el canterano del Atlético, nervioso y espeso en la conducción de la pelota.

Tras el descanso Ángel Correa sustituyó a Carrasco para tratar de salpimentar el asunto. Dio un susto Vigaray en un choque fortuito con Griezmann en el área del Getafe. El defensor se quedó tendido en el suelo sin moverse, aunque por fortuna pudo recuperarse. Siguieron los movimientos de banquillo (Jackson por Torres y Tiago por el desafortunado Óliver), pero el juego rojiblanco siguió plano.

El Getafe se percató de que podía sacar tajada y por fin se decidió a mirar hacia adelante. Tuvo el empate en un contragolpe en el que Pedro León se plantó solo ante Oblak , pillado a media salida, y el murciano falló de forma inexplicable. El duelo cobró emoción por la cortedad del resultado y porque Correa asumió el papel de agitador. La gente se divirtió con sus arrancadas y gambetas, al contrario que con la parsimonia de Jackson.

Y, de forma inesperada, Vergini se comió un servicio de Tiago, el balón llegó a Jackson y el colombiano, que estaba impacientando al respetable, se redimió con un pase de la muerte que Griezmann, claro, no desaprovechó. El Atlético sumó tres puntos después de una faena discreta y porque el Getafe, demasiado blando, no acabó de creerse su propio argumento.

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