La respuesta diaria

La incapacidad de nuestros políticos para pactar un gobierno que dé estabilidad a España comienza a poner nerviosos a muchos ciudadanos. En Madrid, no hay reunión de notables que se precie en la que no salga la pregunta pertinente: ¿qué va a pasar? Hay temor a un partido de extrema izquierda que busca controlar el Ejército, la Policía y la inteligencia, inspirado en una clara conexión con el chavismo bolivariano y los ayatolás iraníes. Ignoro si eso es lo que quería la mayoría. Los resultados electorales son el efecto de las soflamas que en el patio nacional se propagaron, con particular empeño e insistencia desde las televisiones, y cuya síntesis es que la acción del equipo de Rajoy para salvar a España de la crisis ha sido ilegítima. Y esto lo ha vendido todo el mundo, incluido el PSOE, pese a que contribuyó como nadie a la debacle económica. De ello se concluía que la crisis no existió, aunque sí sus consecuencias. Tras este corolario, añádanle la torpeza de La Moncloa al comunicar, el fuego amigo y la incapacidad para combatir la corrupción. Resultado: estamos al borde de despeñarnos por el abismo de la Historia.