Para entender a Pedro Sánchez
Optó por eliminar cualquier expresión de oposición interna y, de paso, prescindir de la experiencia de líderes bregados e intelectualmente pertrechados
La larga mano de José Luis Rodríguez Zapatero llega incluso al momento crítico actual que vive el PSOE. Si no se quiere entender esto, tampoco se comprende casi nada de lo que ahora mismo ocurre en España. No se puede pasar casi diez años al frente del PSOE y pretender que nada sucedió allí durante ese tiempo. Como es absurdo negar que los siete años de Gobierno de Zapatero dejaron una huella y unos efectos de los que aún no nos hemos recuperado. Pedro Sánchez, como Pablo Iglesias, es hijo de ese tiempo político. Ese período en el que se decidió achatarrar al socialismo clásico español, que había contraído bastantes más méritos con este país que Zapatero en su paso por La Moncloa. Optó por eliminar cualquier expresión de oposición interna y, de paso, prescindir de la experiencia de líderes bregados e intelectualmente pertrechados. Siempre se dijo que no podría con España, pero mandó al desguace a su partido. Pedro Sánchez es producto de ello, al mismo tiempo que su víctima.
