EL ASTROLABIO
Palabras sencillas
Este es un país que merece la pena. Poco más hay que decir. No hacen falta palabras ampulosas
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La emoción no es buena compañera en la política. Al menos en democracia, debe imperar la racionalidad. El Estado moderno se cimenta sobre la cordura y la sensatez; justo de lo que carece la vida pública española: de prudencia, equilibrio y aplomo. De todos modos, quizá pocas veces tanto como esta, los políticos tienen que saber llegar al corazón del ciudadano. Demostrar que España es una nación donde la gente trabajadora puede avanzar y donde los desfavorecidos encuentran oportunidades, residan en la región que sea. Si no los malbaratamos, aguardan cuatro años de prosperidad, a lo largo de los que podrá renovarse la idea de que los menos afortunados también optarán a un futuro mejor, además de reverdecer los lazos de unión de todos los españoles. Este es un país que merece la pena. Poco más hay que decir. No hacen falta palabras ampulosas. Solo fe en las propias ideas e ilusión en el porvenir. El discurso de la economía con alma. Quizá no es preciso hablar de la consolidación fiscal, ni siquiera del PIB; tan sólo de conceptos sencillos. Vamos a trabajar para que vivas mejor. El partido que diga esto…