La otra idea de cambio

La actualidad política de España nos sorprende cada día. No hay mañana en la que no desayunemos con una nueva fórmula para resolver el jeroglífico que dejó el cuerpo electoral, y que cada cual interpreta como quiere y le conviene. Los asuntos públicos van así de apresurados y raros. Estamos a punto de enviar a casa al que ganó limpiamente las elecciones, y de colocar de presidente al que las perdió. Reconozcan que es una originalidad de este país, siempre tan singular. Dicen los más resabiados que el 20-D votamos cambio. Partiendo de que la vida en sí misma es cambiar, tampoco necesariamente la interpretación de esa muda es la que propone Sánchez con la extrema izquierda. El camino hacia la mejora continua pasa por saberse adaptar a los tiempos. Tal vez sea esa la justificación para ensayar nuevas formas, nuevas alianzas y nuevas estrategias con las que ganar esas cada vez más probables elecciones de junio, donde PP y C’s podrían dar, por fin, estabilidad a una ciudadanía que no se merece lo que está viviendo.