La obstinación independentista
El problema más grave que le toca afrontar a este país es la intentona golpista de los independentistas catalanes
NO está de más repetirlo, porque en la ruidosa España del momento tiende a olvidarse: el problema más grave que le toca afrontar a este país es la intentona golpista de los independentistas catalanes. La obstinación con la que persisten en sus postulados tan sólo evidencia que no aprenden de la tozuda realidad. Cataluña soporta una esquizofrenia basada en una economía pujante, aunque cada vez menos, y una administración de las finanzas públicas desastrosa. Los nacionalistas tienden a culpar de ello a la insuficiente financiación del Estado. No es cierto. La causa verdadera de la quiebra ha sido gastar por encima de sus posibilidades. Cuando miras hacia otro lado y persistes en el error, terminas por bordear el precipicio y tu peor estilo no deja de ser más que la incapacidad de tus limitaciones al querer imponerlas al resto. Así se vive la realidad catalana en este preciso instante. No le llegan los fondos para pagar nóminas ni a proveedores. Nadie quiere comprar su deuda y, además, las agencias de calificación la sitúan ya por debajo del bono basura. Eso sí, ni un atisbo de autocrítica. No hay nada más peligroso que creer que se tiene siempre la razón.