En manos de Sánchez y Rivera
En el empeño de esta semana hay más de viejo que un atisbo siquiera de lo nuevo

Que esto tenga arreglo depende más de Sánchez y Rivera que de Rajoy. Tras negar 17 veces la posibilidad de formar un gobierno de gran coalición, el socialista va a intentar mandar en España con la mitad de los escaños del Parlamento; ejercicio que tiene que ver escasamente con la idea de regeneración y mucho con la falta de miras de la vieja política. Rivera, definitivamente, no ha podido reinventar la cosa pública, como tantas veces nos anunció. En el empeño de esta semana hay más de viejo que un atisbo siquiera de lo nuevo. Aunque la disculpa para deslizarse por las antiguas formas es decir que se trata de evitar que Podemos entre en el Gobierno. Pues miren, esto es muy sencillo. La mejor manera que Sánchez tiene de que Podemos no entre en el Gobierno es no pactar con ellos. Y la segunda acción inteligente para dar estabilidad a España que tienen Sánchez y Rivera es formar un gobierno de gran coalición con el PP, como se les dijo desde el primer día. Otra cosa distinta es que la idea de progreso suya sea «quítate tú que me pongo yo». Todo un lema para la nueva política.