Formas sin fondo
Iglesias acude a ver al Rey en mangas de camisa remangadas, pero se embute en un esmoquin con pajarita para asistir a los premios del cine
El atuendo es la primera expresión de la persona. A través de él, se envían mensajes a los demás, en la mayoría de ocasiones inconscientes, pero en otras de manera bien deliberada. Esto último es lo que hicieron este sábado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la gala de los Goya. Uno, con un vestuario inadecuado que, de algún modo, violentaba el protocolo establecido al dejar en evidencia a los anfitriones. El otro, con una etiqueta que confirma hasta qué punto todo en él es una provocación epidérmica e incongruente. Vez tras vez acude a ver al Rey en mangas de camisa remangadas, incluso en pleno mes de enero, pero se embute en un esmoquin con pajarita para asistir a los premios del cine. Uno y otro están instalados en la impostura, en la falta de autenticidad, en lo meramente formal. Tan digno es ir con corbata como sin ella. Por tanto, no cuesta nada adaptarse a estas convenciones y abandonar ese látigo moralizador con el que pretenden avergonzar al resto de la sociedad. Todo en ellos es desafío. Todo en ellos es apariencia y pose.