Falta un debate de altura
Se nos está hurtando por parte de los políticos esa discusión civilizada, que permita a los ciudadanos hacerse una configuración exacta del lugar en el que estamos
En la confianza que ya tenemos, seguro que usted, amigo lector, está aburrido al comprobar cómo nuestra clase política dilapida los días sin avanzar en la solución del atolladero en que nos encontramos. Es la evidencia de que faltan hombres de estado y nos sobran políticos de campanario. También se constata la ausencia de un gran debate de fondo. Un contraste de pareceres de las cuestiones trascendentes que hacen a la vida pública, que afectan al bien común. Una confrontación de ideas sobre el futuro que nos espera. Se nos está hurtando por parte de los políticos esa discusión civilizada, que permita a los ciudadanos, tras las votaciones, hacerse una configuración exacta del lugar en el que estamos en el mapa de la historia. Falta por tanto altura intelectual. Los argumentos que se vomitan sobre la opinión pública son romos, simples y desesperanzadores. ¿Dónde están los ideólogos de la sociedad abierta o de la moderna socialdemocracia? Esto es un páramo intelectual, cargado de manipulación y demagogia, donde todo el discurso se cimenta sobre grandes mentiras.
