EL ASTROLABIO
La experiencia
Rajoy ha verbalizado algo que sabemos todos: no se pueden alcanzar altas cumbres si el ascenso no comienza en la base de la montaña
La experiencia suele ser despreciada por quien no la tiene. Es una actitud muy vieja. Es curioso que los que en España invocan la nueva política tienden a caer en manidos resabios y afirmaciones que hemos escuchado en otros púlpitos a otros predicadores que ya pasaron por aquí. En todo caso, el conocimiento tras las vivencias y los errores reflexionados hacen siempre mejor al ser humano y, al político, en particular. En Francia, por ejemplo, ahora que tanto miramos hacia ella, sus dirigentes no pueden hacer carrera si antes no son alcaldes o concejales. La vida municipal es la gran escuela de los políticos galos. Esa cercanía a los problemas cotidianos te proporciona una pericia y enseñanza, que se convierten en sabiduría si logras sacar las lecciones pertinentes de los fallos. Mariano Rajoy ha verbalizado algo que sabemos todos: no se pueden alcanzar altas cumbres si el ascenso no comienza en la base de la montaña. No se puede llegar a ministro si no has pasado por el Ayuntamiento. El aprendizaje de las lecciones prácticas suele marcar la diferencia entre unos y otros. Despreciar ese conocimiento sólo demuestra una cosa: que no tienes experiencia.