Cuando la generosidad tiene premio
En este diario publicamos que sólo había dos alternativas: la portuguesa o la alemana. Ha fracasado la portuguesa, intentemos la alemana
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Salvo sorpresas de última hora, fracasada la solución a la portuguesa, ya solo quedan dos caminos. O un gobierno de gran coalición o la repetición de las elecciones. ¿Qué le vendría mejor a España? Sin duda, la formación de un ejecutivo de amplia base en el que participasen PP, PSOE y Ciudadanos. Representa la oportunidad para ajustar los desarreglos que el agotamiento de materiales de una democracia como la española necesita. En definitiva, darle más calidad a la convivencia en libertad de los españoles, a base de ceder, negociar, pactar y avanzar. Es lamentable que no lo vean así Sánchez y Rivera. El 21 de diciembre pasado, en este diario, publicamos que sólo había dos alternativas: la portuguesa o la alemana. Ha fracasado la portuguesa, intentemos la alemana. Suena la hora de la generosidad, de la altura de miras, de la razón del estado, del sentido de la historia. Cometerán un error, Rajoy incluido, si no alcanzan un acuerdo y volvemos precipitadamente a las urnas. La generosidad es un camino a través del cual siempre se alcanza una recompensa. El éxito.