Complicidad
Hemos escogido la vía portuguesa frente a la alemana, ante el pasmo de la propia ciudadanía, atónita sin poder decir nada
A partir de ahora, todos los que están sentados en sus cuentas corrientes de seguridad, en el Ibex-35, van a presionar a Mariano Rajoy para que se abstenga y deje gobernar a Sánchez, con el apoyo de Ciudadanos. No se sabe muy bien en base a qué hay que ceder ante el extremo de algo que, aun siendo legal, es rechazado por una gran parte de la sociedad española. En estos tiempos de ofuscación política, la abstención puede ser cómplice del desastre; como lo es el PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, sin cuya colaboración y connivencia podrían los podemitas paralizar la ciudad como está ocurriendo. El problema no es ahora. Las mayores dificultades vendrán dentro de unos años. Hemos escogido la vía portuguesa frente a la alemana, ante el pasmo de la propia ciudadanía, atónita sin poder decir nada, mientras ve acercarse la ciclogénesis explosiva de la política española, mientras los plutócratas de toda índole piden abstención. Que se prepare Rajoy. No se puede ser cómplice en situaciones de riesgo. Al fin y al cabo, la realidad siempre necesita de nuestra conchabanza o complot.