Carta a Lisboa

En estos días de repentinos encuentros y desencuentros entre los socialistas y el variopinto abanico de posible socios, habría que recomendarle a Pedro Sánchez que volviera a preguntar al primer ministro portugués, António Costa, cómo va sobrellevando el infierno de gobernar con la extrema izquierda. Debe de ser complicado cargar con el aumento del déficit, acercarse otra vez a un gravoso rescate europeo, hacer oídos sordos a las recomendaciones de Bruselas y, sobre todo, vislumbrar la posibilidad real de tener que acabar la Legislatura, no antes de tiempo, sino prácticamente transcurridos solo unos meses. Habría que saber, por tanto, si eso que sucede en el vecino país es lo que quiere Pedro Sánchez para España, para su partido y para él mismo: pasar a la historia de la política española como "Pedro, el breve"; ser un expresidente valorado solo por ser eso, ex. Sería bueno, por tanto, que le enviase una carta a Lisboa, porque para enterarse de tanta desgracia no merece la pena ni tan siquiera viajar.