Asumir responsabilidades
La política española madura cada día que un responsable acata su compromiso y los hechos resultantes
Esperanza Aguirre ha dimitido en un ejercicio de responsabilidad. En política y en democracia, la responsabilidad y el ejercicio de la misma resultan trascendentes. Se delega la autoridad, pero nunca sus efectos. Todos aquellos que intentan escapar de las consecuencias de sus actos demuestran altas dosis de inmoralidad. Las acciones de quienes dependen de los cargos públicos también les incumben inevitablemente. La política española madura cada día que un responsable acata su compromiso y los hechos resultantes. Las excusas no crean líderes; la asunción de determinadas derivaciones, sí. Me temo, no obstante, que hay quien busca pescar en río revuelto. O quien prefiere embarrar el campo, aunque resbale él mismo. El momento actual de España requiere de valentía y de nobleza. A partes iguales. Caben muchos tipos de corrupción. Nos fijamos más en la económica; también es la que más retumba, aunque en España nunca ha sido más perseguida que ahora. Pero prolifera otra casi tan reprobable, la corrupción moral. El problema es que para combatir esta no hay más juez que uno mismo