ECONOMÍA

Protesta contra el veto europeo a la pesca de arrastre, que pone en peligro más de 3.000 empleos en Andalucía

El sector denuncia que se terminará con las capturas artesanales y subirán los precios del pescado

Pescadores de Almería denuncian la pasividad del Gobierno ante la invasión de buques ilegales marroquíes

Los pescadores han colocado una pegatina con la leyenda 'Comisario dimisión' en sus barcos. ABC

R. Pérez

Almería

Pescadores, armadores y sindicatos han mostrado este martes su rechazo al veto europeo a los barcos de arrastre. Con motivo del Día de Europa han celebrado un acto de protesta con el que se quiere frenar el 'Plan de acción para la conservación de recursos pesqueros y protección de los ecosistemas marinos' que impulsa la Comisión Europea (CE).

El documento, entre otras cuestiones, tiene el objetivo de aumentar las zonas marinas protegidas del 12% al 30% de las aguas y eliminar gradualmente la pesca de arrastre de fondo para 2030. Esta modalidad genera más de 3.000 empleos directos en Andalucía y la subsistencia de unos 200 barcos de la flota pesquera andaluza.

Gamba roja, cigala o salmonete serían algunas de las especies que dejaran de capturarse si el plan europeo se materializa. La pesca de arrastre está presente en todas las provincias costeras andaluzas. En algunos de sus puertos los pescadores han hecho sonar sus bocinas y han leído un manifiesto consensuado a nivel europeo para frenar los planes del comisario Virginius Sinkevicius.

El veto a la pesca de arrastre tendrá importantes consecuencias y sociales en el sector. «Se perderán puestos de trabajo y los arrastreros tendrán que desplazarse a nuevos caladeros. Supondrá viajes más largos y numerosos, mayor consumo de combustible, más horas de trabajo para la tripulación y hará que sea un sector aún menos atractivo para los jóvenes», denuncian.

El gasto de los pescadores será mayor y los costes repercutirán directamente al bolsillo del consumidor. Los precios ya están elevados por la situación actual pero seguirán incrementándose si los barcos tienen que quemar más gasoil en las salidas a otras zonas para realizar las capturas.

El sector defiende el valor tradicional y cultural de la pesca. Aunque representa una pequeña parte de la economía, muchas actividades satélites dependen de la pesca, como el sector del turismo y la hostería. Argumentan que el consumo de productos pesqueros de la UE ya depende de un total de importaciones del 70%, en su mayor parte de países terceros como Marruecos o Argelia.

El presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Pescadores (Faape), José María Gallart, en declaraciones a ABC considera que se trata de un ataque directo a la pesca de arrastre. «El comisario se ha empeñado en quitarla de en medio y no tienen ninguna razón. Nos preocupa mucho este proyecto porque si sale para adelante será un paso más en la destrucción del sector. El arrastre mantiene vivos a los puertos por su elevada comercialización, son muchas las especies y lógicamente las zonas pesqueras no se entienden sin este sistema de pesca», argumenta.

Concentración de pescadores este martes en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. ABC

Si se implementan los planes de la Comisión, la UE se verá obligada a importar aún más, la pesca perderá puestos de trabajo y se ejercerá más presión sobre un sector que ya lucha por sobrevivir. El sector pesquero también ha opinado que el veto afecta a los ciudadanos, por considerar que «sufrirán una carencia de oferta de pescado en favor de las ventas de género de países donde los estándares de sostenibilidad ambiental y social son cuestionables e inferiores» a los de la flota comunitaria.

El Golfo de Cádiz con 126 embarcaciones y el Mediterráneo andaluz con 92 embarcaciones conforman la flota de arrastre en la comunidad. En su mayoría son armadores familiares donde faenan padres con hijos y de forma excepcional cuentan con algún marinero en la plantilla.

El anuncio del plan europeo se suma a los recortes de cuotas en el Golfo de Cádiz y días de pesca en el Mediterráneo andaluz que ya sufre el 65% de la flota pesquera. En algunos casos ha situado que haya barcos por debajo de los 150 días de actividad al año y en niveles generales ha restado un tercio de la actividad normal que tenía la flota para su viabilidad.

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