Fernando del Valle - ANDALUCÍA INSOSTENIBLE

Un premio en Madrid

«Si alguien ha puesto patas arriba Andalucía, ha hecho tambalearse a su jerarquía y al menos durante cinco años nos hizo pensar que las cosas podrían ser distintas, ésa ha sido la juez Mercedes Alaya»

FERNANDO DEL VALLE

SI existiera —inevitable hablar de hipótesis— cualquier atisbo de regeneración política en nuestra comunidad, todo habría partido de su empeño. Si se ha logrado dibujar, al menos en parte, y qué gran parte, el régimen clientelar que venimos sufriendo los andaluces durante las últimas tres décadas, ha sido por su indomable voluntad. Si alguien ha puesto patas arriba Andalucía, ha hecho tambalearse a su jerarquía y al menos durante cinco años nos hizo pensar que las cosas podrían ser distintas, ésa ha sido la juez Mercedes Alaya.

Y, sin embargo, ha sido en Madrid donde le han dado un premio,

No nos hagamos los ilusos. Sospechábamos desde hace algún tiempo que precisamente la Medalla de Andalucía no se la iban a dar. Y eso que entre la nomenclatura actual podría citarse a determinadas personas que deben lo que son a su encomiable trabajo. Qué gran imagen sería la de esa presidenta ungiendo a la magistrada que permitió conocer que en las sentinas del poder todo no estaba impregnado del aroma a rosas que nos quisieron vender. Hay tanto que agradecerle.

Eso no ocurrirá. Pero, como andaluces, merece al menos una reflexión, o que se nos caiga la cara de vergüenza, que haya sido en la Universidad Complutense donde la juez de porcelana rompiera el jueves su silencio. Donde la viéramos sonreír casi por primera vez, acostumbrados a su hiératico rostro franqueando la puerta de los juzgados sevillanos. En nuestra región sólo hay diez centros universitarios donde estudiar Derecho. Diez. Pero tuvieron que ser antiguos alumnos de esta carrera en Madrid quienes cayeran en el valor de distinguirla. Y tener la suerte de escuchar un discurso valiente, auténtico y humano. En el que no sólo reconoció las «trabas» sufridas al investigar los ERE. Pues lo dedicó también a quienes, como ella, han padecido las dificultades de ser madre y trabajadora. Ya que no ha sido en ninguna facultad, esperaremos entonces un galardón por alguna de esas asociaciones feministas que creen patrimonializar la defensa de la mujer. Ah, perdón, la subvención.

Gracias por todo, magistrada.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación