TALENTO ANDALUZ
La «youtuber» Ana Hernández: «La autenticidad es la clave del éxito»
Desde Londres marca tendencias en las redes sin olvidar la alegría del Sur. Es su propia jefa y sí que curra: si no consigue miles de visitas no hay «business»
De pequeña quería ser granjera y escritora. Apostó por lo segundo mientras recorría Europa con sus padres en autocaravana. Con solo siete años, recibió un premio a la mejor lectora en una biblioteca de la capital; había devorado más de 200 libros aquel curso. «Era una niña topo». Su interés por la literatura decayó con la rebeldía de la adolescencia. Su cultura visual, su creatividad y sus dotes de modelo la llevaron sin quererlo a convertirse en «youtuber» bajo el nombre de Azul Místico.
La primera pregunta es obligada. ¿A qué te dedicas?
Estoy en un momento de transición. Tengo un trabajo a tiempo parcial y me dedico a creación de contenidos o «influencer», aunque no me gusta esa palabra.
¿Por qué?
No creo que nosotros estemos influenciando a la gente. No estamos intentando cambiar la perspectiva de la gente para que ellos tomen sus decisiones. Eso suena a manipular, y no es lo que hacemos. Es una mezcla entre lo que a ti te gusta hacer y lo que le gusta a la gente ver.
¿Puedes ganarte la vida solo con tus vídeos?
Hasta ahora no he podido, pero en los últimos meses me ha ido mejor. Se vive, aunque no a lo grande, como se imagina la gente. Es como abrir una empresa. He usado el dinero que he ganado y lo he invertido en material. Ahora tengo un montón de cámaras y de micrófonos…
¿Cómo es eso de ser tu propia jefa?
Duro. Le dedico todo el tiempo que no estoy durmiendo.
¿Y cómo paga Youtube?
4.000 horas de reproducciones en un año y 1.000 suscriptores para empezar a ganar dinero. A partir de ahí, monetizas tu contenido y las marcas ponen anuncios. Se han dado cuenta de que es una mina de oro. Comparado con televisión, es baratísimo.
¿Te han servido los conocimientos adquiridos en la carrera?
Bellas Artes me reconectó con mi yo creativo que se arrinconó por la presión del Instituto.
¿Y qué tal llevas la presión de Internet?
Hay mucho odio, mucha gente que piensa que puede hacerte cualquier cosa. He tenido problemas de seguridad por temas de acoso. Es lo único negativo de mi trabajo.
Llevas dos años en Londres. ¿Volverás?
Cien por cien. Mi objetivo es acabar allí, aunque aquí hay muchas oportunidades y volver a Granada sería matar mi carrera. Las marcas piensan: «Qué cosmopolita, vive en Londres». Me gustaría llegar a ese punto en que me dé igual si una marca no quiere trabajar conmigo.
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