Y ahora... un conflicto por los símbolos de la Autonomía
La propuesta de la Junta de colocar un busto de Manuel Clavero en el Parlamento ha abierto la caja de Pandora. No hay acuerdo ni para rebautizar las salas con nombres ilustres
Los más veteranos diputados andaluces miran con tristeza los tiempos pasados. Y no por una visión cervantina de la vida sino porque la confrontación política que se ha impuesto llega hasta sus propias honras. La realidad de estos días en los pasillos del antiguo Hospital de las Cinco Llagas es que los representantes de los ciudadanos no son capaces de llegar a un acuerdo ni siquiera en los símbolos de la Autonomía. ¿El motivo? Probablemente las urgencias electorales y la disputa entre el PP y el PSOE por la bandera blanca y verde . Los socialistas habían sabido capitalizar el característico nacionalismo andaluz que siempre había despreciado el PP. Pero el ascenso de Juanma Moreno hasta San Telmo ha hecho virar a los populares que defienden un «andalucismo moderno» y eso ha hecho saltar chispas.
Los grupos parlamentarios habían pactado con discreción nombrar las distintas dependencias del Parlamento con las figuras ilustres de la comunidad autónoma. Así está en el Congreso de los Diputados reconociendo a españoles que han dejado huella. Unidas Podemos quería llamar a la biblioteca Plácido Férnández-Viagas Bartolomé , letrado de la Cámara, hijo del presidente de la Junta Preautonómica y fallecido en 2021. La iniciativa fue acogida con buena disposición de los grupos pero el PSOE presentó un escrito pidiendo un reconocimiento para Rafael Escuredo , primer presidente electo de la autonomía... y el PP hizo lo propio para denominar a la sala de usos múltiples como Alberto Jiménez-Becerril, el único diputado andaluz asesinado por ETA.
La negociación estaba más o menos avanzada pero la propuesta de la Consejería de Presidencia de instalar un busto de Manuel Clavero en el Parlamento, igualando en honores nada menos que a Blas Infante y a Plácido Fernández-Viagas, ha abierto la caja de Pandora.
La polémica
La Mesa del Parlamento, órgano de gobierno de la Cámara, ha aprobado con polémica la instalación de ese busto después de que el pasado 16 de marzo se aprobase la propuesta por asentimiento pero sin votación. La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, leyó la carta del consejero Bendodo y preguntó a los asistentes, que no levantaron la voz. Cuando ABC publicó esa información, dos días después, una de las representantes del PSOE en la Mesa elevó el tono afirmando que no se había votado.
El capítulo se ha cerrado con una votación expresa sobre el particular en la Mesa el miércoles de esta semana que termina hoy y que ha contado con el apoyo de PP, Ciudadanos y Vox y el voto en contra del PSOE. Unidas Podemos no tiene voto en ese órgano aunque sí asiste a las reuniones.
El prestigioso jurista Manuel Clavero, quien dimitió de su cargo en el Gobierno de Suárez para forzar que Andalucía tuviese el mismo rango de autonomía que las comunidades históricas, el que defendió el «café para todos», la igualdad de todos los territorios, tiene ahora un busto esperando ser colocado en un lugar preferente del Parlamento, justo detrás de donde está el de Blas Infante.
El busto ya está hecho —y lo retrata con sus características gafas de pasta y con detalles que la familia ha considerado adecuados— y sólo falta que la presidenta del Parlamento busque una fecha para su colocación.
Pero el PSOE ha hecho de este asunto «casus belli» acusando a Moreno de querer «reescribir» la historia de la autonomía. La portavoz Ángeles Férriz se ha empeñado en contraponer sus méritos a los de Rafael Escuredo que asiste a este espectáculo en un silencio bastante elocuente.
Dos datos más. El busto de Clavero, que ha costado 5.500 euros , lo ha pagado y encargado el Centro de Estudios Andaluces, el mismo que tiene un proyecto para obras de mejora en la «Casa de la Alegría», la que fuera vivienda de Blas Infante en Coria del Río donde está el Museo de la Autonomía.
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