Toreo en el salón del Parlamento andaluz
La tauromaquia ha servido de fuente de inspiración para el parlamentarismo autonómico, salpimentado con grandes faenas dialécticas dignas de recopilarse
![Toreros en la visita que realizaron en 2004 al Parlamento andaluz para pedir el respaldo a la Fiesta](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2016/07/31/s/toreo-parlamento-kjnH--620x349@abc.jpg)
Igual que la cultura andaluza no puede entenderse a lo largo de su historia sin la Fiesta de los toros, la política autonómica es deudora principal de la tauromaquia . Lo demuestra el diario de sesiones del Parlamento, minado de referencias al mundo del toreo, que ha servido de muleta y estoque para el rifirrafe dialéctico de sus señorías desde los albores de la autonomía.
En el coso político andaluz despuntan cronistas. Antonio Moreno , histórico alcalde andalucista de San Fernando, resumía así el proyecto de Ley del Comercio presentado en las postrimerías de la IV Legislatura: «El señor Zarrías, hábil donde los haya, quiso brindar al sol un toro que no tenía faena, porque le llegaba de otros espadas de su partido, antiguos consejeros que no habían querido regular el comercio interior y a los que les había cogido el toro bravo del organizado sector del comercio andaluz. En consecuencia, retirados a la enfermería, tenía que actuar el espada Zarrías . Actuación para la que el reglamento no le daba tiempo, y, en consecuencia, podía encontrarse con el toro en el corral , precedido del tercer aviso —ya habían sonado dos, [Jaime] Montanery [Antonio] Pascual —, cuando comienza la faena, para aprobar la ley en poco más de diez días hábiles. El toro estaba aún en la plaza, vivo y pendiente de que el señor presidente sacara el pañuelo del tercer aviso —la convocatoria electoral— y lo devolviera al corral».
Fernando Cabezón , diputado del PP por Córdoba en la época de la «pinza», también corroboró su gusto por el quite ante una proposición no de ley del ex dirigente isleño del PA. «Me va a permitir, don Antonio, usted que es de la tierra de Rafael Ortega , que le plantee un símil. Hay veces que cuando una corrida de toros viene en puntas, con cuajo y con edad , suele ocurrir que alguna figura se caiga del cartel. Y hay otras, presuntamente más cómodas, por las que esas mismas figuras se pegan por torear. En este pleno había un tema, el de política de aguas, que ése sí que venía en puntas, con la cabeza alta y derrotando a diestro y siniestro. Y aunque el cartel era de superlujo, una de las figuras, don Manuel Chaves , el presidente de la Junta, a pesar de estar anunciado hasta en los prospectos de mano, se cayó del cartel, supongo que por prescripción facultativa . En cambio, en este otro tema, que es bonito, de cabeza cómoda, que se presta al lucimiento y que todos los grupos estamos encantados en asumir y estudiar, pues resulta que, con toda legitimidad, su grupo parlamentario se ha apuntado a torear la corrida completa . Yo no se lo reprocho. Estoy encantado de que su señoría le corte las orejas a todos los temas que pueda, pero tengo que recriminarle esa actitud».
Faena de aliño
Antonio Hernández Mancha , ex líder del Alianza Popular, gustaba también de la Fiesta. En octubre del 86, durante un debate sobre Doñana, ironizó: «Es frecuente en el argot taurino decir que cuando a un diestro no le gusta el toro que le sale a la plaza, le hace una faena de aliño. No le quiere ver siquiera la cara y trata, a paso de banderillas, de quitárselo de encima. Nada más adecuado para hacer una definición exacta de lo que el Consejo de Gobierno ha intentado de la mano de uno de sus portavoces más ecuánimes, el señor Montaner».
Arenas contaba que, tras una cogida, el mozo de espadas le decía al torero: «¡Maestro, qué corná nos han dao!». «A mí mayormente», replicaba
El entonces consejero de Obras Públicas renunció «ipso facto» a la coleta pero con puyazo: «No sé si mi estatura o la suya sería buena para una faena de aliño. Indudablemente la mía, un tanto desgarbada —y sería el torero de mayor altura en la historia de España—, me imposibilita hacer una función como es la de las artes del toreo, que a lo mejor usted tendría más lucimiento en cualquier tipo de toro. No he subido a la tribuna con esta intención. No obstante, aunque usted entienda que puede seguir haciendo faenas, le voy a hacer algunas más».
Ha habido, por el contra, quien ha presumido de torería. «El grupo andalucista y este portavoz tienen ya bastante experiencia en lidias; han lidiado de todo», soltó el antiguo parlamentario Ildefonso Dell’Olmo en abril de 1998. Ante unas críticas del PP, añadió: «Cuando no se es figura del toreo hay que lidiar lo que le echan a uno, y, en consecuencia, estamos ya hartos de lidiar desde desechos de tientas y cerrados hasta corridas duras . Lo que puedo decir es que en ningún caso vamos a salir por la puerta de cuadrillas. Saldremos por la enfermería o por la puerta grande , estamos acostumbrados; desde luego nunca, nunca, por la puerta de cuadrillas , que es lo que hacen algunos que son más grandes. Ninguno ha llegado a consolidarse como figura del toreo sin haber pasado por la enfermería y ni mi grupo ni yo aspiramos a tanto, pero sí a ser un profesional honrado del toreo. Apliquen el símil porque, de lo contrario, les va a dar a ustedes miedo no del toro, sino de las encuestas ».
Humoradas taurinas
Otros diputados autonómicos lloraron risueños ante el toro que les tocó en suerte. La tarde del 2 de octubre del 97, el socialista Rafael Centeno tuvo que reanudar la sesión plenaria defendiendo una proposición no de ley. «Cuando a uno le toca torear, a los toreros les gusta que haya público, pero qué le vamos a hacer», dijo mirando al vacío tendido. En febrero del 85, el popular Gabino Puche arrancaba recordando que « Belmonte le fue a dar la alternativa a un discípulo suyo, y éste, cuando fue a tomar la alternativa, le preguntó: “Maestro, ¿qué faena tengo que hacer?” Y el maestro le contestó: “ Haz una faena breve, pero de pases largos ”. Yo no sé si la voy a hacer de pases largos, pero desde luego brevísima sí».
De los oradores de la izquierda, se recuerda el encontronazo entre el primer consejero de Trabajo, Joaquín Galán , y el comunista Felipe Alcaraz tras el verano del 85. «Al señor Alcaraz le gusta el tremendismo . Es un torero no de corte clásico: no tiene nada que ver su estilo parlamentario con el estilo de Manolo Vázquez , sino que es un torero al estilo del Cordobés . Y, como todo torero tremendista, con mucha facilidad para caer en lo histriónico, en el ridículo: hablar de golpe de Estado, aunque sea incruento, son palabras mayores. Aquí no hay ningún asesinato, y menos que ninguno el asesinato del Estado de las Autonomías. Quizá, señor Alcaraz, usted esté empachado de asesinato en el comité central». «Voy echando peso de picador , pero le agradezco que me ubique entre los posibles toreros. Eso quiere decir que por lo menos damos un capotazo de vez en cuando, aunque nos gustaría dar una puya mejor », replicó Alcaraz.
Mario Jiménez a Zoido tras proponer Rajoy a Juanma Moreno como líder del PP-A: «Viene a cortarse la coleta sin haber cortado una oreja»
Otro enamorado de lo taurino es Antonio Romero , el antiguo coordinador general de IU-CA. A Rafael Escuredo le reprochó en junio del 83 que fuera un «torero de la política» porque «no se puede decir por el presidente en Ronda que se está de acuerdo con la reforma agraria; a no ser que se escoja a Ronda, como la cuna del toreo de Pedro Romero , para dar una larga cambiada , porque al día siguiente se hace todo lo contrario». En noviembre de 2003, dictaminó que al entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, «le pasa como al chiste del torero, que dice: “ Dejadme solo ”, y se la van los peones y los subalternos y dice: “ Llevarse al toro también. He dicho solo ”».
Luis Carlos Rejón , también histórico líder de IU-CA, gustaba de denunciar los debates más etéreos recordando el idealismo trascendental alemán, que sostenía que la realidad no existe y que el mundo exterior es un capricho de la mente humana. «Frente a aquella escuela, los racionalistas jugaban con una frase latina: “cur a taurum fugit?” Si la realidad no existe, ¿por qué huyes del toro? ».
Una ex consejera socialista le llegó a copiar a Javier Arenas la anécdota que en más de una ocasión usó contra Chaves pero de la que ya hay constancia en febrero del 88, cuando el por entonces portavoz del la agrupación de diputados del Partido Demócrata Popular rememoró a «un gran torero que fue cogido en una plaza y cuando era llevado por los miembros de su cuadrilla, el mozo de espadas le dijo: “Maestro, qué corná nos han dao” . Y el torero respondió: “Mayormente me la han dao a mí” ».
Entre otros, el antiguo líder del centro derecha andaluz también es muy dado a citar a Rafael Guerra para subrayar que « lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible ». Del mismo modo, es un clásico de la oratoria parlamentaria andaluza el recordar «una regla básica del toreo que se puede aplicar a la vida y a la política: parar, templar y mandar », como hiciera en vísperas de la Nochebuena de 2009 el socialista José Juan Díaz Trillo , ducho en el arte taurino.
"Los fusilamientos de la Moncloa" es un gran cuadro de Goya, pero por ello no defenderé los fusilamientos
Enrique Linde
exconsejero de la Junta
Con el paso de las legislaturas quizá se haya perdido afición y sapiencia. Hay discusiones deliciosas en el arranque de la autonomía, como una en la que participó el diputado de AP José Ramón del Río reprochando que el «alado» artículo 12 del primer Estatuto «no es ni siquiera buscar el rincón de Ordóñez : esto es un bajonazo, es dejar el tema tan irresuelto como lo estaba antes». Ahora se es mucho más vertical, las metáforas y alusiones taurinas son a menudo de cachetero. «Viene usted aquí hoy a cortarse la coleta sin haber cortado ni una sola oreja» , le soltó hace un par de años el portavoz socialista Mario Jiménez a Juan Ignacio Zoido tras proponer Rajoy a Juanma Moreno como líder del PP-A.
El PSOE desinfló la primera iniciativa
El 8 de marzo de 1989, a iniciativa del diputado onubense de la Coalición Popular Antonio Fernández Jurado (por entonces en el Grupo Mixto), se debatió por vez primera una iniciativa en defensa de las corridas, tras los recelos que despertaron las propuestas de algunos eurodiputados ingleses y alemanes contra la fiesta. Lo curioso del caso es que un aficionado como Enrique Linde , entonces consejero de Gobernación y otrora presidente del Puerto de Málaga, defendió la abstención del PSOE que dio al traste con la propuesta de resolución. Sólo antitaurinos radicales esgrimirían hoy sus argumentos: «Hablar de que los toros han aportado creaciones literarias, artísticas, pictóricas interesantes creo que no es un argumento mínimamente válido. “Los fusilamientos de la Moncloa” es un gran cuadro de Goya y por eso nadie pretende que vaya a defender los fusilamientos ».