Terremotos en Granada, grandes tsunamis y cómo evacuar la costa de Andalucía
La Junta prepara un plan contra las grandes olas que pueden golpear el litoral y que dejarían menos de una hora para sacar a la población de la zona de peligro
Cientos de terremotos llevan días sacudiendo Granada . La ruptura de las pequeñas fallas que hay en la zona liberan la tensión acumulada por el roce de las placas euroasiática y africana y han tenido varias noches a los vecinos de la zona en vela y en vilo . Despiertos por miedo a que los temblores afecten a sus casas, muchos granadinos llegaron a acampar en el campo para evitar posibles derrumbes en medio de la noche.
Estos terremotos, explicaron desde la Universidad de Granada , son lo que se conoce como un «enjambre sísmico», es decir, una sucesión de decenas o cientos de seísmos de intensidad baja o moderada que ocurren en un tiempo determinado. El que se trate de pequeños movimientos -en términos científicos, por debajo de 5 grados-, ayuda a que no haya un gran terremoto, pero no lo descarta, avisan los expertos.
En todo caso, estos temblores, advierten quienes estudian los seísmos, no pueden provocar tsunamis al producirse en tierra. Aunque sí que es posible si se registran en el mar , algo que es frecuenta también en la zona del Mar de Alborán o en el Atlántico . Es lo que ocurrió con el gran tsunami de Lisboa, que provocó grandes daños en Cádiz. Y podría volver a ocurrir.
Es por eso que la Junta de Andalucía desarrolla desde el año pasado un plan de abordaje ante un posible tsunami . En la misma dirección trabajan los expertos de la Universidad de Granada, que estudian los posibles temblores tanto en el Mar de Alborán como en el Atlántico, desde donde podría nacer la siguiente gran ola. Es un fenómeno poco probable pero posible, como ha demostrado la historia.
Un plan contra este tipo de fenómenos es más que necesario porque, calculan los expertos, Cádiz o Huelva tendrían menos de una hora para evacuar en caso de un gran tsunami desde el Atlántico. Solo 60 minutos para que decenas de miles de personas escapen de la devastación que trae consigo una gran ola de este tipo.
Para afrontar situaciones como esta, que ya vivió la comunidad en 1755 cuando el terremoto de Lisboa provocó un maremoto que mató a 22.000 personas y arrasó con el litoral atlántico andaluz, la Junta anunció esta semana que estaba trabajando en un plan de respuesta ante maremotos. No es que haya un peligro inminente. De hecho, recalcan desde el Gobierno andaluz, no hay ningún indicio de que vaya suceder. Pero mejor estar prevenidos en caso de que suceda. Es como tener un seguro de hogar. No se contrata porque se prevea una catástrofe, pero si ocurriese, hay un plan.
De dicha iniciativa ya existe un borrador que determina que los mayores puntos de peligro ante tsunamis en la comunidad están en Cádiz, Huelva y en la zona del mar de Alborán. En la costa atlántica la ola de un maremoto que llegase a la costa gaditana u onubense sería más alta, más potente y más destructiva. De más de 12 metros. Pero vendría de lejos, lo que da más tiempo para prevenir y evacuar. En el litoral mediterráneo, la ola sería menor pero, al tener su epicentro más cerca de la costa, llegaría con mucho menos tiempo de reacción.
Explican los expertos que los gaditanos y onubenses podrían tener una media de 60 minutos desde que se produce el terremoto -origen del maremoto- hasta que la ola golpea la costa. Pero a eso hay que ir restándole tiempo, explica el matemático Jorge Macías , especializado en la simulación de tsunamis. Él, junto a su equipo de investigación de la Universidad de Málaga -Edanya-, han desarrollado un mecanismo que permite saber con qué fuerza llegará una gran ola a la costa.
Cuenta atrás: solo hay 60 minutos
«Si sabes cómo es el terremoto que lo provoca, puedes saber la altura de la ola, su espesor, la fuerza que tiene...», señala Macías. Todos ellos son datos fundamentales a la hora de evitar grandes catástrofes. El tiempo de respuesta es «muy corto», añade este investigador. Primero hay que detectar el terremoto y «en eso se tarda diez minutos». Ya solo quedan 50 para evacuar. Después hay que hacer la simulación matemática para determinar todas las magnitudes del tsuami. Otros siete minutos. Tic-tac. El reloj sigue corriendo, parejo a la ola, que ya está a 43 minutos de la costa. Avisar a las autoridades, que a su vez ellos avisen a la población... Media hora. Es el tiempo que estima Macías que tendrían gaditanos y onubenses para reaccionar.
«Es muy poco tiempo», resume este matemático. Sobre todo en el caso de Cádiz, que tiene una única vía de evacuación. «En el maremoto de 1755 mucha gente murió intentando salir de Cádiz, en la carretera que la une con San Fernando», recuerda. ¿La solución en el caso la capital gaditana? «Una evacuación vertical. Subir a un edificio alto que se sepa que va a resistir», explica.
Macías advierte contra otro fenómeno: el de los curiosos. Pasa, la más de las veces -no siempre-, que antes de un maremoto, el agua se retira muchos metros. Detrás viene la ola. «Si ves que el agua se retira, corre en la dirección opuesta», recomienda. Nada de fotos ni de acercarse a ver el espectáculo.
A veces, añade Macías, el tsunami se produce tan cerca de la costa que no da tiempo siquiera a avisar a la población. Los ciudadanos deben saber cómo actuar en ese caso. De ahí la importancia del plan que está desarrollando la Junta, entre otros aspectos.
¿Es posible un gran tsunami en Andalucía? Sí ¿Es probable que ocurra ya? No se sabe. Con esas dos premisas Agustín Muñoz, director general de Emergencias anima a ser cautos y no alimentar la alarma. Andalucía prepara este plan «por responsabilidad, por precaución y, además, porque es una obligación legal del Gobierno central por un plan nacional de prevención de maremotos». En todo caso, asegura, «la comunidad está preparada» y, a más tardar en 2021 tendrá listo el plan regional , del que luego habrá que desarrollar estrategias locales en los municipios más expuestos al peligro.
La gran ola de 2003
Los maremotos, en todo caso, no son cosa del pasado. En 2003 se sintió el último en la comunidad, aunque de forma muy leve. Con epicentro en Argelia, afectó a Almería y Málaga, donde llegó en forma de «microtsunami». Antes, en 1969, otro maremoto llegó al Golfo de Cádiz, aunque con mucha menos fuerza que el de 1755. El próximo con esa capacidad de destrucción se produce, según los expertos, cada 500 años. Echando cuentas, el siguiente tocaría dentro de 235 años. Pero esto es una estimación estadística, porque, advierten los científicos, la naturaleza no admite de previsiones.
Explica Mauricio González, director del grupo de ingeniería y gestión de la costa del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, un maremoto no es solo una ola de 15 metros: «Una de solo dos metros ya genera problemas». Para este investigador especialista en tsunamis, «ni Cádiz ni ninguna otra parte de Andalucía está lista» si llega el maremoto. La gente, explica, no sabe qué hacer. Ni hay aún estudio alguno sobre zonas seguras. «Si no le ponen remedio, podría haber un desastre como el de Indonesia en 2004, donde murieron 200.000 personas», añade.
Los expertos coinciden en que, aunque poco frecuente, los maremotos son una realidad ante la que hay que estar alertas. La Junta ha empezado a prepararse. El mar, que no avisa, también está listo. A ver quién llega antes.
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