«Tendré que malvender la herencia para pagar impuestos»

Fátima Bors lleva diez años pleiteando con la Junta, que le reclama un millón por heredar el hotel que le dejó su madre

Fátima Bors, enfrente del hotel que le dejó su madre JUAN FLORES

ANTONIO R. VEGA

«Mi caso es surrealista. Todo lo que le cuente es poco», advierte al periodista Fátima Bors, una sevillana de 49 años víctima del «impuestazo» de sucesiones que se aplica en Andalucía. Hace una década enterró a su madre, pero no ha podido disfrutar ni un solo día de su legado. En 2005, ella y su hermano, de 42 años, iniciaron una larga cruzada contra la Consejería de Hacienda de la Junta de Andalucía que ha llegado, tras agotar todos los cartuchos, hasta el último escalón judicial: el Tribunal Contencioso-administrativo en Madrid.

La herencia de la discordia es un hotel de 23 habitaciones ubicado en la calle Alhóndiga, en el Centro de Sevilla. «Mi madre tenía un hostal, pero la ilusión de toda su vida era tener un hotel; se hipotecó hasta las cejas para comprarse un edificio y rehabilitarlo», relata. «Tratamos de demostrarle a la Junta de Andalucía que esto era un negocio familiar, una sociedad, aunque el hotel estuviera a su nombre; la sociedad era mi madre, mi hermano y yo», declara. El establecimiento abrió sus puertas en 1992 , aprovechando el reclamo de la Expo, y constituyó durante años la única fuente de ingresos de su familia. Llevar el hotel fue lo más parecido a un sacerdocio: «Mis padres jamás han ido a ninguna parte; toda su vida han estado trabajando en el hotel, para que ahora se lo tengamos que dar a Hacienda ».

Han tenido que reinventarse

Sin embargo, a su muerte, el sueño de la madre se trocó en una pesadilla para sus hijos. «Más que una losa, esta herencia es un pilar, una ruina . Se nos cayeron los palos del sombrajo cuando nos dijeron que teníamos que pagar casi un millón de euros en impuestos por heredar un edificio que valoraron en 2,5 millones», esgrime. La Consejería también ha pasado factura a la nieta . «En el mismo edificio mi madre le dejó un piso a mi hija; nos piden 120.000 euros que no sé de dónde voy a sacar», se lamenta.

«Se nos cayeron los palos del sombrajo cuando nos dijeron que teníamos que pagar un millón»

Fátima y su hermano no han tenido más remedio que alquilar el hotel . Lo que sacan va íntegramente a pagar la letra mensual de 3.500 euros de la hipoteca que pesa sobre el inmueble, porque como herederos quedan subrogados a la deuda.

Su vida laboral ha dado un giro. Han tenido que reinventarse a la fuerza . De trabajar en el hotel han pasado a hacerlo «en lo que les sale», que suele ser empleo precario. «Yo tengo que cuidar a dos señores mayores», apunta. Ya tienen interiorizado que «habrá que malvender» el negocio de su familia para pagar impuestos si pierden el último asalto judicial. «Estoy pasando un suplicio y con las carnes abiertas cada vez que llega a casa una carta. A la Junta le pido que nos deje vivir . No tenemos un duro. Se lo puedo demostrar», clama indignada.

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