Crisis sanitaria
El contagio por coronavirus es veinte veces superior en los sanitarios que en el resto de los andaluces
La falta de material incrementa el porcentaje de profesionales afectados, muy superior al de España (13,6 por ciento), Italia (10) o China (4)
El último muro de contención contra el Covid-19 está al límite. Hasta 649 profesionales sanitarios han caído contagiados en Andalucía. El dato lo facilitaba este miércoles el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, en el Parlamento, el mismo día que el coronavirus se cobraba su primera víctima mortal entre los facultativos en España: un médico de 63 años que prestaba sus servicios en el centro de atención primaria de Levante Sur en Córdoba.
Once días de pandemia han diezmado las plantillas de los hospitales y centros de salud. En la Comunidad se han infectado 251 médicos, 164 enfermeros, 79 auxiliares , 18 celadores y 129 de otras categorías tanto del sector público como del privado. Pero la magnitud de la cifra se aprecia mejor si se pone en relación con el volumen de contagios. El personal médico y el de enfermería representa el 21,5% del total de enfermos (3.010) en Andalucía.
El zarpazo del Covid-19 entre quienes están en la primera línea de batalla ha sido mayor que en el conjunto de España (13,6%, según las cifras del pasado martes), Italia (10%) y China (4%).En Andalucia hay 34,57 casos por cada 100.000 habitantes. La tasa de incidencia entre el personal sanitario se multiplica por veinte , sin incluir a todos los profesionales que tuvieron contacto con compañeros infectados y están aislados y en cuarentena, una cifra no ha sido facilitada.
Los sanitarios ven una relación directa entre la expansión de la enfermedad en su gremio y la acuciante falta de material de protección y de test de detección. « Si seguimos trabajando con estas condiciones, no va a haber médicos para atender a la gente », clama Rafael Carrasco, presidente del Sindicato Médico Andaluz (SMA). Los equipos de protección individual siguen llegando con cuentagotas a los centros de salud y hospitales. «Los sanitarios somos los más contagiados, los más expuestos y los principales transmisores de la enfermedad», se queja.
Su organización denuncia la escasez de equipos de protección adecuados y el «apagón» informativo que, asegura, están sufriendo. «Podemos entender que existan limitaciones de suministro que escapen del control de los responsables de la sanidad andaluza, pero instar a los profesionales a reutilizar material desechable o a ignorar los protocolos de seguridad nos parece intolerable», advierte.
«Sin medios, es imposible. Estamos como un bombero al que no le dan manguera y traje para apagar fuegos»
Las carencias afectan también a los test diagnósticos , mitigada en parte desde el pasado lunes por la realización de test rápidos de coronavirus en once puntos de recogida de muestras en Andalucía. Desde elSMA echan en falta otras medidas organizativas que propusieron al Servicio Andaluz de Salud (SAS) la pasada semana y de las que no han recibido respuesta, como la creación de grupos de trabajo y «retenes» para preservar a algunos trabajadores mientras otros se baten el cobre en la primera fila. «Esperamos que esto no nos lleve a una ausencia dramática de profesionales» cuando la curva de la progación llegue a la cima, señalan. Para reforzar las mermadas plantillas, el SAS recurrirá a médicos que colgaron la bata por jubilación y MIR en la fase final de su formación.
Ante la falta de material, motivada en parte por el fracaso de la compra centralizada del Estado, los profesionales han tenido que improvisar barreras de protección. Algunas tan rudimentarias como colocarse bolsas como batas impermeables en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada o en centros de salud de Jaén. «Sabemos protegernos pero si no nos dan los medios es imposible.Es como si a un bombero lo mandan a apagar un fuego sin su traje ni manguera, ¿cómo van a apagar un fuego?», se queja Rosa Elena García Polo, secretaria de acción sindical de Satse .
«Quienes trabajamos en los centros sanitarios no podemos estar menos protegidos que los dependientes de los centros comerciales o las fuerzas de seguridad», señala. Las máscaras FPP2 y FPP3 que protegen de las secreciones del paciente son habas contadas. «Debido a su escasez, se ha establecido un nuevo protocolo de uso más restrictivo de las mascarillas, que se reduce a las urgencias, UCI y la planta de pacientes con dificultades respiratorias. El nuevo plan ha sustituido a otro más amplio que permitía su utilización en cualquiera de las labores de los profesionales de enfermería», lamenta el sindicato.
Garcia Polonio está convencida de que si se hubieran generalizado los test diagnósticos, «saldrían muchos más profesionales afectados». «Se han hecho pocas pruebas y de las que se han realizado están tardando hasta siete días en facilitar los resultados porque faltan reactivos ».
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