¿Sirven los test de anticuerpos para saber si me ha funcionado la vacuna y estoy protegido?
Sólo los test de nueva generación de anticuerpos IgG anti-S son capaces de detectar la respuesta inmune generada por las vacunas
Debido a la fuerte expansión de la variante Ómicron en las últimas semanas, los test de antígenos, los PCR o los test de antígenos para autodiagnóstico se han convertido en pruebas de uso diario en nuestros hogares. Junto a ellos están también los test de anticuerpos o serológicos pero, ¿sirven realmente esos test para saber si la vacuna que nos han inoculado ha funcionado y estamos protegidos?
Para contestar a esta pregunta hay que tener muy claro que las pruebas serológicas o de anticuerpos detectan diferentes tipos de anticuerpos específicos frente al virus. Esto es, no detectan la presencia del virus, sino la respuesta inmunológica del individuo al Covid-19.
Estos test detectan dos tipos de anticuerpos: los IgM y/o los IgG . Las IgM (inmunoglobulinas) son anticuerpos que aparecen en la fase temprana de la infección y desaparecen a las pocas semanas. Las IgG son, por su parte, inmunoglobulinas que aparecen en la fase tardía de la infección y permanecen largo tiempo en el individuo, a veces incluso años.
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMP), las vacunas comercializadas en la actualidad inducen una respuesta inmune en el cuerpo generando anticuerpos frente a un antígeno concreto del virus SARS-CoV-2, el antígeno S (espícula). La espícula es una proteína de la superficie del virus que se une a receptores específicos en la superficie de las células y permite que el virus penetre en su interior causando la infección.
Es muy importante leer las instrucciones de uso del producto, y comprobar que detectan IgG anti S y que están destinados por el fabricante a detectar la respuesta inmune a la vacunación
Únicamente los test de anticuerpos diseñados para detectar específicamente IgG frente al antígeno S serán útiles para orientarnos acerca de si la vacuna ha funcionado.
Por este motivo es muy importante leer las instrucciones de uso del producto, y comprobar que detectan IgG anti S y que están destinados por el fabricante a detectar la respuesta inmune a la vacunación.
Dos tipos de test de anticuerpos
En la actualidad existen dos tipos de test de anticuerpos. Por una parte, los test de anticuerpos IgG/IgM , cuyas instrucciones de uso no especifican frente a qué antígeno viral son los anticuerpos y por lo tanto, no sirven para evaluar la inmunidad generada por la vacuna. Esta indicación no está recogida en sus instrucciones de uso. La explicación es que el test puede detectar anticuerpos IgM e IgG frente a la «nucleocápside» u otra proteína viral diferente a la utilizada en las vacunas (la proteína espícula en todas ellas). Así, estos test únicamente servirían para detectar la exposición al virus.
En segundo lugar, existen unos test de nueva generación que son los test de anticuerpos IgG anti-S, los cuales incluyen en sus instrucciones de uso como indicación la «evaluación de la respuesta inmune generada por la vacuna». Estos test detectan anticuerpos IgG frente al antígeno S por lo que servirían tanto para evaluar los anticuerpos producidos a largo plazo en respuesta a la exposición al virus, como la inmunidad generada por la vacuna .
Para conocer la fiabilidad de un test, hay que consultar los niveles de sensibilidad y especificidad en las instrucciones de uso. Los test serán más fiables cuanto más altos sean estos valores. En sus inicios eran más heterogéneos y de uso exclusivamente profesional, pero en la actualidad existen test de autodiagnóstico de anticuerpos , destinados por el fabricante para ser utilizados por el público en general, que han sido evaluados por organismos notificados y que son de venta exclusiva en farmacias. Por tanto, no deben ser adquiridos a través de otros canales.
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