Sequía en Andalucía: cortes de agua, falta de riego y otras consecuencias de la situación de emergencia

El 80 por ciento de la zona de influencia de la CHG acusa ya la carestía de precipitaciones, algo que se empezará a notar en breve

Embalse al mínimo de agua ABC
M. Moguer

M. Moguer

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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir decretó ayer la situación excepcional de sequía en el 80 por ciento de la cuenca. La medida afecta a más de cuatro millones de habitantes en las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada . El responsable de la CHG, Joaquín Paéz, subrayó la «delicada» situación en la que están los embalses de la comunidad, algo que no se veía desde la sequía de 2008.

Pero, ¿cómo afecta esto a los ciudadanos? La declaración de sequía no es una mera formalidad, sino que abre la puerta a multitud de medidas que van a tener un impacto en el día a día de muchos andaluces. Los primeros, los agricultores, sobre todo en el caso de regadío.

Esta realidad no es nueva para el sector. Desde el 2018/2019 -los años hidrológicos comienzan en octubre y acaban en septiembre-, sufren recortes en el agua que se les concede para regar. Ese año fue del 10 por ciento del máximo que tienen asignado por cultivo. El siguiente año subió al 50 por ciento por la falta de precipitaciones , restricción que se mantuvo el año pasado.

¿Y el próximo? No hay aún decisión firme , pero desde la CHG hablan ya de una reducción del 70 por ciento del riego. Esto, reconocen desde la cuenca del Guadalquivir , supondría dejar al regadío en subsistencia. No en riego para cultivar sino el mínimo para que los árboles no mueran . Esto es, explicó Paéz, algo que se aplica a los cultivos de regadío leñoso -olivos, por ejemplo-, pero no a los demás campos porque «los leñosos son árboles que tardan años en crecer, el resto son de temporada».

Con la amenaza de solo disponer de agua para que los árboles no mueran, en el campo es donde primero van a sentir el golpe de la sequía. No en vano este sector consume el 87 por ciento del agua que se pone en circulación en la comunidad cada año. El resto se divide en un 10 por ciento para consumo humano y un 3 por ciento que se lleva la industria.

En el caso del consumo en los hogares, no se prevé que, por ahora, haya cortes de suministro. La clave de la frase está en el por ahora porque, si no llueve, es una medida que no se descarta de ninguna forma. Actualmente, informan desde la CHG, hay agua garantizada para el consumo humano en dos años aproximadamente. Pero, a menos lluvia, menos tiempo de garantía.

Además, señaló este martes el presidente de la CHG, hay poblaciones que sí que van a tener cortes de agua. Las más pequeñas, « las que beben de manantiales o aguas subterráneas » pueden tener problemas de suministro de agua en las casas. Pero, de momento, será solo en estos casos excepcionales. La sequía, que afecta a más de cuatro millones de andaluces en estos momentos, no va a acarrear cortes de agua como los que se recuerdan de los años 90.

Cortes de agua como en los años 90

De hecho, señalan tanto desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como desde la Confederación Hidrológica del Guadalquivir , las cifras de esta sequía tienen mucho más que ver con la crisis hídrica del 2008 que con la de los primeros años 90. Al menos por ahora, porque de no llegar agua, la situación puede ir a peor, puntualizan siempre los expertos . La cuestión de la gestión de agua es cambiante y complicada para hacer una foto fija, añaden. Pero «la situación es mala», resume Paéz.

Mientras, la industria también va a notar la sequía . Porque, entre las medidas para la situación de emergencia está la «restricciones al uso industrial». Además, se pondrán en marcha medidas « de educación y concienciación del ahorro , entre otras», explican desde el CHG.

Además, «entre las medidas tácticas a ejecutar de inmediato, se ha informado que, los desembalses que se produzcan , serán solo y exclusivamente para el mantenimiento de los caudales ecológicos mientras se mantenga esta situación y ante la ausencia de precipitaciones», añaden desde la cuenca del Guadalquivir. «En la misma línea se ha anunciado el incremento de la vigilancia y el control de la Comisaría de Aguas y del Servicio de Explotación para evitar detracciones de caudal para riegos», señalan las mismas fuentes.

Pozos de emergencia

Pero hay más. Porque desde el CHG señalan que no se ponen límites a la hora de mejorar la gestión del agua para garantizar el consumo. Así, el presidente de la institución habló ayer de buscar pozos de agua de emergencia así como de la revisión de las infraestructuras para minimizar las pérdidas de agua en su transporte.

En resumen, la sequía, que ya es una realidad con la que convivir, empezará notándose sobre todo en el campo. Después en la industria. Y, si no hay lluvias, puede que antes o después en los hogares , aunque esto no ocurrirá antes de dos años, el horizonte de reservas que tiene el CHG. Pero nadie se atreve a hacer predicciones a 24 meses. De aquí a entonces puede llegar la lluvia.

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