Manual de supervivencia

Seis consejos para escapar de un tsunami

Lo principal resulta obvio: correr lo más adentro y lo más arriba que se pueda para evitar las olas gigantes

Los devastadores efectos de un maremoto en una de las islas que componen Indonesia ABC
Javier Rubio

Javier Rubio

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El riesgo de un tsunami que engulla la costa mediterránea andaluza acaba de ratificarlo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en un documento publicado en la revista 'Scientific Reports'. La falla Averroes (llamada así en honor del médico y filósofo andalusí nacido en la Córdoba de los Omeya en el siglo XII) tiene potencial de originar un gran movimiento sísmico en el mar de Alborán , frente a la costa de Almería, cuya repercusión en forma de maremoto sea devastadora para la costa oriental andaluza.

Ese mismo documento de científicos españoles calculaba el tiempo en que tardaría en llegar el carrusel de olas gigantescas que sucederían al temblor en mitad del Mediterráneo: entre menos de diez minutos en el litoral del Campo de Dalías con ondas de seis metros de altura o más y media hora hasta tocar en el Campo de Gibraltar . El Estrecho actuaría como un embudo natural por lo que la repercusión en la costa atlántica gaditana sería ya mucho menor.

Plan andaluz de maremotos

El peligro es tan cierto que la Junta de Andalucía está avanzando un plan de maremotos para toda la región. Expertos de diferentes disciplinas científicas están calculando las zonas más vulnerables y los efectos perniciosos que tendrían un fenómeno natural de esta índole en la costa atlántica.

No sólo eso, la Administración autonómica, a través de Emergencias 112 Andalucía participó en el ejercicio Neamwave21, concebido como un simulacro internacional de comunicación y alerta temprana de tsunamis, organizado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco .

El simulacro, en el que también tomaron parte la Comunidad Valenciana, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio de Interior del Gobierno de España y Portugal, se desarrolló entre los días 9 y 10 de marzo.

Pero no es el único. Los días 19, 20 y 21 de octubre se activa otra gran simulación de respuesta a fenómenos naturales adversos bajo el nombre Respuesta21 para probar la coordinación de equipos y servicios de emergencia. Se contemplan tres escenarios diferentes: un terremoto en la zona oriental de Andalucía con epicentro en la provincia de Granada; un maremoto en el Golfo de Cádiz ; y una riada en el valle del Guadalquivir .

Huir a toda prisa

En el caso del tsunami, las recomendaciones de organismos oficiales son muy sencillas y muy directas, empezando por la primera y principal: huir todo lo rápido que se pueda del nivel del mar metiéndose tierra adentro y cuanto más elevado, mejor.

Como mínimo, una tercera planta de un bloque cuya estructura pueda resistir el embate de las olas gigantes; en otro caso, se puede dañar la resistencia del edificio agravando aun más la situación. En el peor de los casos, hay que trepar hasta la copa de un árbol lo más arriba que se pueda. Es una situación de vida o muerte, no hay que olvidarse de ese incómodo detalle de supervivencia.

La tercera precaución tiene que ver con la presencia en estuarios, rías y desembocaduras fluviales, porque el reflujo del mar hará que los cauces ganen caudal en el sentido inverso en el que fluye habitualmente. Cuanto más alejado de esos accidentes geográficos, mucho mejor.

Algo que flote

En el caso de que nos veamos engullidos por una ola, lo mejor es agarrarse a algún elemento que flote en vez de tratar de ganar la orilla a nado (nos agotaría de forma infructuosa) o sujetarse a elementos fijos contra los que podrían golpear el arrastre de piedras, escombros o muebles.

Si se asiste al fenómeno sísmico desde un bote en el mar, conviene alejarse de la orilla porque es ahí, en la rompiente, donde resultan más devastadoras las ondas marinas. Basta con fondear en un punto donde la profundidad del agua sea, como mínimo, de cien metros o 30 pies.

La última recomendación tiene que ver con los tendidos eléctricos, de los que conviene alejarse para evitar descargas dada la superconductividad del agua.

Prevención

La prevención de este tipo de sucesos implica estar prevenido incluso antes de notar el maremoto cuando estando al nivel del mar se detecte un temblor de tierra prolongado o especialmente fuerte. También cuando se observa una súbita retracción de la orilla.

Hay dos señales sensibles que no dejan lugar a dudas de que se está ante un fenómeno peligroso: el ruido sordo como de un tren acercándose y la simple visión de un muro de agua que se acerca a la orilla a gran velocidad. En ambas circunstancias es probable que ya no haya tiempo de escapar . En tal caso, más vale encomendarse a aquello en lo que uno crea oportuno para salvar la vida.

El aviso del fin de maremoto se anunciará por cauces oficiales como radiofonía, agentes de policía, voluntarios de Protección Civil o servicios de emergencia. Conviene no olvidar que las olas llegan una detrás de otra con capacidad destructiva reforzada ya que la siguiente arrastra todo el material que ha destrozado la anterior.

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