Política

Santiago Abascal anuncia de nuevo una ruptura de relaciones con la Junta de Andalucía

Vox presiona al Partido Popular para que adelante las elecciones a cuenta de los menores migrantes

Santiago Abascal charla con Pablo Casado en una sesión del Congreso Ignacio Gil
Antonio R. Vega

Antonio R. Vega

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Los cronistas políticos más avezados han perdido ya la cuenta de las veces que Vox ha amagado con una ruptura de relaciones con el Gobierno andaluz de Juanma Moreno. La última –visto los precedentes, tal vez cabría decir la penúltima– llegó este lunes por boca de Santiago Abascal . En una comparecencia de prensa ofrecida en Madrid en la que repasó sus relaciones con Pablo Casado, el presidente nacional de Vox dio por hecho que su partido «ha roto todo contacto» con el Ejecutivo regional del PP y Ciudadanos.

Puso a Moreno ante la disyuntiva de cumplir el acuerdo de investidura –aplicando iniciativas con una fuerte carga ideológica que incomodan a los populares– o convocar de forma anticipada unas elecciones ; una posibilidad que no depende de la voluntad de Vox, porque la competencia exclusiva es el presidente regional. Más allá de las proclamas, la realidad es que dicha ruptura no se ha consumado. Hace quince días, Vox había dado su apoyo al PPy Cs para tramitar como proyecto de ley la creación de la Agencia Trade tras rechazar la vía (rápida) del decreto.Su portavoz andaluz, Manuel Gavira, se mostró incluso abierto a negociar «mejoras».

El pretexto para esta nueva escaramuza es la Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía. La citada norma garantiza a los menores migrantes el acceso a todas las prestaciones y servicios de la comunidad autónoma.

La ley, que fue aprobada en julio por el Parlamento por todos los partidos salvo por Vox, « garantiza una paga a los mena (menores extranjeros no acompañados) hasta los 25 años», clamó Abascal. Según explicó, representa «una llamada masiva a la inmigración del norte de África», mientras los andaluces «no ven futuro para sus hijos, ni pueden darles una paga para algo de ocio, ni siquiera pueden afrontar la factura de la luz», destacaba. «Para eso, que no cuenten con Vox», advirtió su presidente nacional, quien invitó a Moreno a buscar el apoyo del PSOE andaluz», que «quizás es lo que quiera, dada la coincidencia».

La réplica llegó, horas después, por boca del propio Moreno. Durante la junta directiva del PP de Almería, señaló que él está « centrado en buscar soluciones y en paliar los daños de la pandemia aunque algunos estén obsesionados con unas elecciones».

La inmigración, foco de tensiones

Los choques entre los partidos que propiciaron el cambio político en Andalucía (PP, Cs y Vox), tras 37 años de poder socialista, han ido en aumento y barruntan un otoño de tensión creciente. La inmigración se ha convertido en un pretexto recurrente. El pasado mayo, Vox amenazó con dejar sin apoyos a Moreno si la Junta acogía a menores no acompañados alojados en Ceuta. Para dejar claro que esta vez sí iba en serio, bloqueó, junto con Adelante Andalucía y el PSOE, la tramitación parlamentaria de la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio. La ruptura duró poco. En julio retomó el diálogo con la Junta y acabó apoyando la iniciativa legislativa.

Vox sabe que es un colaborador preferente de la Junta, pero no imprescindible. Teme que su perfil se diluya donde ayuda al PP a gobernar, como sucede en Andalucía, que será el primer campo de batalla para medir sus fuerzas frente a Casado. Al partido de Juan Marín lo da por amortizado y sueña con sustituirlo en el gobierno, aunque aún no tenga candidato.

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