Crisis sanitaria

Salvavidas privado para la sanidad en tiempos de coronavirus en Andalucía

Salud se alió con la empresa SAMU para montar hospitales de campaña donde se curaron más de cien ancianos infectados

Sanitarios de SAMU atendiendo a ancianos en el hotel medicalizado Alcora ABC

Antonio R. Vega

En menos de 12 horas, el hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache , pasó de ser un lugar para el hospedaje de turistas y visitantes a recibir a ancianos con síntomas de Covid-19 procedentes de distintas residencias de mayores de Sevilla. El establecimiento mutó en un centro asistencial medicalizado destinado a las personas que cuentan con menos armas y defensas para combatir el coronavirus.

A contra reloj, la Residencia de Tiempo Libre de El Burgo en La Línea de la Concepción se transformó también en otro hospital de campaña para atender a 28 pacientes que tuvieron que abandonar una residencia de mayores de Alcalá del Valle, en Cádiz, tras detectarse un brote. Esta metamorfosis integral en tiempo récord fue posible gracias a la alianza entre la Consejería de Salud y Familias y la empresa SAMU ( Servicios Médicos de Asistencia de Urgencias ).

De esta crisis el modelo de colaboración público-privada ha salido reforzado como mecanismo de intervención inmediata y puntal de apoyo del sistema sanitario público, sometido a una presión asistencial jamás vivida.

Juan González de Escalada , director de operaciones del SAMU, que estuvo al pie del cañón durante todo el doble dispositivo, guarda un recuerdo imborrable y satisfactorio de aquellos 48 días de vértigo. « No fue de hoy para mañana, sino de hoy para hoy. El 27 de marzo nos dieron luz verde para medicalizar el hotel Alcora a las 12.30 horas y a las ocho de la tarde del mismo día ya estábamos acomodando a pacientes y dándoles el tratamiento», rememora. «Era una situación de máxima emergencia social y había que responder desde el minuto uno».

Respuesta más ágil

La velocidad de reacción es una de las principales ventajas de un modelo que ha roto clichés y desterrado tópicos durante esta crisis: «Ofrece flexibilidad a la administración para dar una respuesta inmediata al ciudadano ante necesidades acuciantes », que no se verían resueltas mediante un proceso de licitación ordinario. La entidad privada asume gran parte de la logística del dispositivo y evita que las inversiones públicas iniciales sean un lastre para la agilidad en la prestación del servicio.

El dispositivo del hotel Alcora es un buen ejemplo. Había residencias tanto en Sevilla como en otras provincias en las que «era imposible diferenciar en los circuitos los casos positivos de los negativos» dentro del propio centro, cuenta a ABC el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre .

El responsable autonómico valora la experiencia como positiva para los pacientes y la administración. Fue «un modelo de éxito» que permitió una «magnífica asistencia sanitaria», afirma. Desde la Consejería no descartan repetirla con futuros proyectos. « Nuestro fin es tener la sanidad pública andaluza al cien por cien y optimizar todos sus recursos . En el caso de no llegar a esa optimización, apostamos por la suma de recursos siempre que sea en beneficio de los pacientes. Huimos de la dicotomía de buenos y malos: la sanidad de Andalucía es una, de todos y para todos», afirma.

En menos de 12 horas se medicalizó el hotel Alcora y a contra reloj se montó otro hotel de campaña en La Línea

El centro medicalizado del Hotel Ilunion Alcora estuvo funcionando desde el 27 de marzo hasta el día 3 de mayo . Por sus cinco salas asistenciales y boxes de cuidados intensivos pasaron 89 mayores afectados por el Covid-19 y contaba también con habitaciones acondicionadas para el descanso de más de un centenar de profesionales sanitarios y de emergencias. Se montó con una capacidad para 110 pacientes distribuidos en distintas salas según su nivel de dependencia para el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria.

Tanto este hospital provisional como el de El Burgo movilizaron un total de 109 profesionales, entre personal de mando y control, cocineros, técnicos de emergencias sanitarias (TES), técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), enfermeros, médicos, personal de limpieza, logistas y personal de bioseguridad. Estos profesionales contaban con la colaboración de 22 profesionales externos, provenientes del Distrito Aljarafe y del Hospital San Juan de Dios.

Además de la asistencia médica permanente, SAMU programó actividades para favorecer la estimulación cognitiva y física de los pacientes, con actividades complementarias de tipo lúdico destinadas a rebajar la angustia. De todas las anécdotas que vivió, González de Escalada se queda con el agradecimiento del primer paciente que recibió el alta médica, Francisco Muñoz, que aseguró a los sanitarios que no sólo les habían curado del Covid-19 sino también de la depresión que lo había empujado al geriátrico.

«Llega para quedarse»

Durante la pandemia, SAMU gestionó cinco dispositivos de urgencias y emergencias contra el Covid-19, distribuidos entre Madrid, Andalucía y Castilla La-Mancha . Además, tuvo que formar a personal en materia de bioseguridad gracias a una escuela propia.

La fórmula de colaboración privada «representa un cambio en el servicio público que ha llegado para quedarse» , subraya Francisco J. Fernández, socio de Cremades-Calvo Sotelo. Desde el punto de vista jurídico, la puesta en marcha de estos dispositivos representa un desafío. «Hay que estructurar muy bien todos los pasos que hay que dar cuando la administración decide optar por este modelo y hay pocos despachos que estén especializados en salud, tecnología e innovación», asegura. Cremades Calvo-Sotelo Sevilla cuenta con un Observatorio de Colaboración Público Privada para atraer proyectos de inversión a Andalucía y poder acelerarlos , y tiene desde multinacionales a startups en su amplio perfil de entes a los que asesoran.

El día 25 de marzo, SAMU instaló un dispositivo en la Residencia de Tiempo Libre de La Línea de la Concepción para acoger a los 28 pacientes trasladados desde un centro geriátrico que se había convertido en una trampa mortal para el coronavirus y que está siendo investigado por la Fiscalía. SAMU envió a un equipo de seis profesionales a la residencia donde se detectó el brote , y después de manejar distintas opciones, se decidió trasladarlos a un hospital de campaña que se improvisó en la residencia El Burgo. Todos ellos regresaron sanos y salvos el día 11 de mayo al centro geriátrico. También la rondeña Ana del Valle, una abuela centenaria que ha sobrevivido a dos pandemias : la gripe española de 1918, cuando era una niña, y la del coronavirus a sus 107 años.

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