Cambios en el Gobierno andaluz
Una remodelación que también busca gastar mejor
Los cambios en la Junta también buscan la eficiencia en la gestión económica y de los fondos europeos, claves para el desarrollo de Andalucía
Cuando se negoció la estructura del Gobierno andaluz entre el PP y Ciudadanos, muchas voces conocedoras de la administración pusieron el grito en el cielo asegurando que se cometían muchos errores. No se trataba sólo de un reparto político de las competencias sino de hacer que la Junta funcionase mejor que bajo los gobiernos del PSOE. Los dos socios en la Junta tenían especial interés en dejar su impronta, en mostrar que el Gobierno del cambio era real y que se podían hacer las cosas de otra manera.
Ahora, un año y ocho meses después, los «ajustes técnicos» con los que el presidente Moreno y el vicepresidente Marín se refieren a la remodelación del Gobierno andaluz responden no sólo a las necesidades políticas de este último y a sus cuitas internas en Ciudadanos, sino también a la necesidad de corregir aquellos errores.
La clave está en los fondos europeos . Con Juanma Moreno en la oposición este asunto era uno de sus principales caballos de batalla , criticaba de manera incesante —y casi siempre con razón— la mala gestión que se hacía de los mismos. Como solución, se los entregó a Rogelio Velasco , un hombre con un perfil técnico y de buen gestor quien tenía l a obligación de gastar 6.000 millones de euros antes de 2023. Tras un polémico cese en mayo de 2019 de la directora general Fondos Europeos, los problemas surgieron luego por la necesidad de Hacienda de tramitar una buena parte de estas ayudas y de justificar otras tantas. Mucha burocracia que frenaba, una vez más, todo el proceso.
Con la remodelación aprobada en el decreto del Presidente 3/2020, de 3 de septiembre, se busca una reordenación más ágil. Juan Bravo tendrá que gastar los fondos europeos que están pendientes de justificar y los que están por venir, mientras que Rogelio Velasco tendrá en su mano el impulso económico , también de Industria que —incomprensiblemente— no estaba en la Consejería de Economía que ahora tiene el rimbombante nombre de Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades.
Hay un dato más. Moreno quiere que «su» revolución verde sea un acicate para Andalucía . El presidente andaluz no sólo es un convencido personal de la necesidad de actuar ya contra el cambio climático sino que también entiende que es una posición estratégica para el desarrollo económico de Andalucía. Las condiciones geográficas de la comunidad autónoma la sitúan en una posición de salida para competir en energías limpias.
Por eso se ha reservado esas competencias arrebatándoselas a Carmen Crespo que tiene una consejería con demasiadas responsabilidades. A esto hay que añadir que Europa está dispuesta a gastar en la lucha contra el cambio climático. Moreno quiere ser el que logre más fondos de la UE para Andalucía . Pero, claro, primero hay que gastar bien lo que hay.
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