Rajoy receta «vacunas» contra el contagio de los populismos
El expresidente del Gobierno aboga por recuperar los 'grandes pactos parlamentarios' para gestionar el «dineral» europeo, en la presentación de su libro 'Política para adultos'
Ha llegado una pandemia que ha puesto el mundo patas arriba, el apóstol de la nueva política que iba a asaltar los cielos ha abandonado el Ejecutivo aprisa y corriendo y los populares, bajo la batuta de Pablo Casado, calientan los asientos de la ... oposición en el Congreso, mientras Juanma Moreno ha acabado con 37 años de hegemonía institucional del PSOE en Andalucía. En suma, la España que dejó en 2018, cuando una moción de censura lo desalojó del Gobierno, ha cambiado mucho, pero Rajoy sigue siendo Rajoy. Para lo bueno y para lo malo.
El expresidente del Ejecutivo (2011-2018) continúa plantado en el mismo sitio, por más vueltas –y han sido muchas– que haya dado el planeta a su alrededor en el último lustro. Lo demostró ayer en la presentación en sociedad en Sevilla de su nuevo ensayo, 'Política para adultos' , ante doscientos empresarios de la provincia y una masiva representación de dirigentes y cargos del PP, con el jefe del Gobierno andaluz a la cabeza.
Moreno, el encargado de presentarlo, «siempre» lo ha distinguido con su amistad «cuando mandaba y ahora que no mando» , lo que tiene más mérito, bromeó al comienzo de su intervención. Como está mandado, el presidente del PP andaluz alabó a Rajoy, que aportó «sentido común» para tomar decisiones impopulares cuando a «algunos de nosotros nos hubieran temblado las piernas». Rajoy simboliza como nadie esa política en la que se mira Moreno.
Contra el lenguaje inclusivo
Lo que vino después fue una lección de marianismo en estado puro. Con su retranca gallega, con sus irónicas negaciones, con su alergia a la política pop de las redes sociales, con sus manías al lenguaje inclusivo del «todas, todos, todes» y con su defensa de los grandes consensos y de la democracia liberal frente al virus del populismo, de los «chisgarabís» y los «zascandiles». Rajoy hizo un alegato contra la infantilización de la política nacional e internacional que «trata a la gente como a niños», un mal contra el que recomienda vacunarse porque «es contagioso», advirtió, escogiendo cuidadosamente como ejemplos a líderes iberoamericanos como Nicolás Maduro, Hugo Chávez o Andrés López Obrador o el griego Alexis Tsipras. Hay, naturalmente, «muchos más» que se le venían a la mente a los presentes, pero «de los de España no me acuerdo de su nombre y lamento mucho no citarlos».
Pero sus ataques se focalizaron en los dirigentes con arrebatos mesiánicos que «prometen un cuento de hadas» que no se compadece con la realidad porque «las empresas no vienen y se van»
«Necesitamos vacunas para muchas cosas y también para no contagiarnos del populismo», proclamó Rajoy, una tendencia a la que él mismo no ha sido inmune, dijo renegando de las primarias de su partido. Pero sus ataques se focalizaron en los dirigentes con arrebatos mesiánicos que «prometen un cuento de hadas» que no se compadece con la realidad porque «las empresas no vienen y se van», como ocurrió tras el referéndum independentista en Cataluña. Rajoy alertó también sobre aquellos que «despotrican contra banqueros, cardenales, autónomos y contra el gobierno salvo que él forme parte del gobierno, el único que se salva es él», aseguró sin mencionar al exlíder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Todo ello lo sufrió cuando él gobernaba y también ahora «veo derivas que no son buenas para la gente».
Consensos políticos
La retirada de la política y su vuelta a su trabajo en el Registro de la Propiedad no le ha restado poder de convocatoria. En el celebrado en el Restaurante Abades de la capital, organizado por la Fundación Cámara de Comercio de Sevilla, hubo una masiva asistencia de cargos del PP, entre los que estaban cuatro consejeros de la Junta (Elías Bendodo, Marifrán Carazo, Juan Bravo y Patricia del Pozo) , aspirantes del PP como el candidato a la Alcaldía de Sevilla José Luis Sanz, y la secretaria general de CCOO-A, Nuria López. Ante todos ellos, abogó por los «consensos políticos» y reclamó un gran pacto para gestionar los fondos europeos. «70.000 millones de euros –en ayudas– es un dineral. No sabemos cómo se están gastando» y es importante «aprovechar bien los fondos». Puso como ejemplo los grandes acuerdos en Italia, Francia o Alemania. «Esas cosas hay que pactarlas», enfatizó. Poco antes había advertido de que si en España se repiten «errores» como los que se produjeron en la anterior crisis de 2008, «volveremos a tener un problema». Conviene no tomárselo a broma, porque Rajoy se define como optimista.
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