¿Quiere contratar halcones para los anillos de la boda?
Niños y mayores pueden hacerse fotos con rapaces inofensivas nacidas en cautividad
«Pídanme la que quieran coger, yo no soy adivino, si lo fuera no estaría aquí». Antonio es como un buhonero, declama su mercancía, las aves rapaces, con cadencia y seguridad. Saca la más pequeña, un mochuelo, y se queda con el personal: «Este es el que más pesa, nadie quiere cargar con él» . Son animales nacidos en cautividad, con más papeles que una atracción de feria y su anilla en la pata. No quieren tener problemas con los vigilantes de la naturaleza. Los niños disfrutan a rabiar acariciando sus plumas. El que no haya tocado nunca una lechuza se pierde la suavidad en grado extremo. ¿El zoo de Madrid?, ¿Disney World Paris?, ¿Loro Park de Tenerife? No. Zahara de la Sierra , en la provincia de Cádiz.
Imagen del águila recién refrescada La voluntad
No hay límite de tiempo para estar con las rapaces, ni tarifas, cada uno puede dejar la voluntad, está prohibido cobrar en la calle con animales. Las personas mayores tienen más miedo que los niños al acercarse. Estos están acostumbrados a verlos en la tele humanizados y normales. «El brazo siempre alto y cierra el puño para que el bicho se sienta seguro», instruye Antonio mientras coloca el guante de cuero. «Papá, yo quiero un águila para Navidad», y en eso la foto de la cámara sale movida. ¿Quién ha dicho que veranear en el interior es aburrido?