Primarias PSOE-A
El PSOE-A confronta la «autonomía» de Susana Díaz con el giro a las bases de Juan Espadas
Los tres candidatos a las primarias celebran un debate sin insultos pero con tensión sobre el modelo de partido
Con puntualidad poco habitual en los actos de los partidos políticos y en un plató de televisión montado en el patio central de la sede regional del PSOE andaluz, los tres candidatos socialistas que aspiran a ser el cabeza de cartel del partido en las siguientes elecciones autonómicas, celebraron el debate de las primarias en un formato destinado a los militantes ya que sólo se pudo ver por la web del PSOE o por las redes sociales. No hubo acuerdo para que lo retransmitiera una televisión a pesar de que había ofertas para ello.
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Durante toda la semana, Susana Díaz y Juan Espadas habían anunciado que el debate favorecía a Luis Ángel Hierro, el candidato más desconocido y el que menos tenía que perder. Y pareció que él compartía esa visión. Hierro fue el que se sintió más cómodo, el que estuvo más relajado en sus mensajes y quien repartió juego dando la razón a veces a Susana Díaz y otras a Juan Espadas , aunque lo cierto es que sus críticas hacia el alcalde de Sevilla fueron mayoría. De hecho, ambos protagonizaron el único rifirrafe sobre las preguntas a los militantes.
En ningún momento hubo ni palabras gruesas ni descalificaciones, sino una conversación correcta y con buen tono
La tensión entre Susana Díaz y Juan Espadas ya fue otra cosa aunque en ningún momento hubo ni palabras gruesas ni descalificaciones, sino una conversación correcta y con buen tono. Desde las primeras palabras, la secretaria general del PSOE andaluz y expresidenta de la Junta, puso las cartas sobre la mesa «venimos a elegir entre dos modelos de partido, que se dirija desde Madrid o desde aquí», una idea que repitió muchas veces durante todo el debate. «Queremos decidir en libertad, en un PSOE autónomo», insistió dirigiéndose a Espadas , al que califica como el candidato de Ferraz, aunque sin mencionarlo directamente. Libertad fue la palabra que más veces utilizó Susana Díaz en todas sus intervenciones, al margen del asunto a debatir.
En el otro lado, Juan Espadas tampoco tardó ni un minuto en afear a Susana Díaz lo que considera que han sido sus errores más graves, y los que le han hecho perder el Gobierno andaluz, «su tiempo ya pasó». Por eso su primer golpe de efecto fue un gráfico con la evolución de los votos del PSOE andaluz. Una pérdida de votos del 33,8% en 2015 y del 28,4% en 2018, los dos años en los que la candidata era Susana Díaz. En todos los bloques sobre los que debatieron —y que habían sido previamente pactados— sobre Sanidad y pandemia; economía; Andalucía, España y Europa, además de preguntas formuladas por los militantes, Espadas insistía en el mismo argumento: «la importancia de la escucha para construir un PSOE fuerte».
El alcalde de Sevilla llegó a decir a su secretaria general, «Susana hemos estado bastante desasistidos desde el propio partido», reprochando que no se hayan propiciado debates entre los alcaldes y concejales. Por cierto que Espadas fue el primero que nombró las políticas feministas y la palabra mujer .
Como de unas autonómicas
En sus propuestas, la secretaria general planteó iniciativas como si de elecciones autonómicas se tratase, «vamos a subir hasta 14.000 millones de euros el gasto en sanidad» y en cien euros las pensiones no contributivas «para dar dignidad a las abuelas».
El tercero en discordia, «hemos llegado hasta aquí y no sé hasta donde lo haremos», dijo Luis Ángel Hierro tras compararse con Felipe González, Zapatero y Pedro Sánchez, apostó por un discurso ideológico.
Los tres candidatos, que tienen sendos despachos en la calle San Vicente, bajaron juntos las escaleras de la sede regional y mantuvieron el buen tono hasta el final. Todos, incluyendo a la presentadora la periodista Eva Sáiz , presentaron un test de antígenos negativo. Susana Díaz llegó con Carmelo Gómez y Juan Espadas, acompañado por un grupo de militantes que lo jalearon a la entrada y la salida. Hierro, con su jefe de campaña y un abanico de cuando fue diputado en el Parlamento de Andalucía, en 2004.