El PP quiere que Susana Díaz se moje en el lío de la investidura

Susana Díaz vuelve mañana de sus vacaciones de verano y el PP la va a recibir presionando para que reactive el debate interno en su partido y propicie un cambio que permita la formación del Gobierno en Madrid. La estrategia del inicio del curso político es poner en evidencia tanto el silencio cómplice del PSOE andaluz con el bloqueo que propone Pedro Sánchez como las contradicciones del discurso de Díaz, que apoya el no a Rajoy y considera «dramático» que los españoles tengan que ir por tercera vez consecutiva a las urnas.

Si el martes el presidente de los populares andaluces, Juanma Moreno , exigía a Susana Díaz que levantara la voz para desbloquear la situación de ingobernabilidad en España, ayer el vicesecretario de Coordinación Política del PP andaluz, Toni Martín , criticaba el «silencio cómplice» de la presidenta andaluza con Pedro Sánchez al tiempo que advertía de las consecuencias que para la comunidad tendría una terceras elecciones, «porque somos los que con más urgencia necesitamos un gobierno que siga haciendo políticas para la generación de empleo».

Lo explicaba mientras el delegado del Gobierno, Antonio Sanz , hacía en rueda de prensa balance sobre las medidas puestas en marcha desde 2011 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en materia de empleo y su repercusión en Andalucía, donde dijo se ha consolidado la creación de empleo gracias a las reformas impulsadas desde Madrid. Para Sanz es preciso que haya un Gobierno «estable y valiente» cuanto antes que aplique políticas económicas necesarias como las que se han puesto en marcha con Rajoy en la presidencia.

El PP mantiene el foco fijo sobre la presidenta como la más reconocida antítesis en clave interna socialista de Pedro Sánchez, aun a costa de proyectar su figura como la líder política en la que muchos ven el futuro del socialismo.

Los populares saben que a Díaz le incomoda ese papel de oposición interna pues se le puede volver en contra si trasciende como una deslealtad al secretario general. Susana Díaz, que antes ha gustado de airerar sus diferencias con Sánchez, huye ahora de ser señalada como elemento desestabilizante del choque que tantos auguran como niegan en Ferraz.

La presidenta guarda la ropa mientras surca a contracorriente las aguas turbulentas de su partido evitando en todo momento exponer públicamente algo que no sea reiterar que el «no a Rajoy» de Pedro Sánchez es hoy por hoy el acuerdo del partido. Acostumbrada a que otros barones socialistas le utilicen como cabeza visible de la alternativa a Sánchez, con evidentes intenciones combustibles, la presidenta seguirá previsiblemente en silencio a la espera de acontecimientos.

Pero los populares saben que según avance el calendario de investidura en Madrid Susana Díaz y el PSOE andaluz van a sufrir el coste de su condescendencia con el bloqueo de Sánchez. Las vacaciones se han aliado con la estrategia de la discr eción de la presidenta, pero en el nuevo curso político va a tener que articular un discurso más solvente para resolver la ecuación imposible que supone apoyar el bloqueo, querer que el PSOE ejerza ya la oposición, evitar acuerdos de gobierno de Sánchez con Podemos y los grupos independientes y salvar las terceras elecciones .

El asunto será motivo de comentario en los pasillos de San Telmo antes del Consejo de Gobierno que se adelanta a mañana en San Telmo con el que el Gobierno andaluz abre el nuevo curso político . Susana Díaz quiere tensionar a sus consejeros para responder a la presión que va a generar el proceso de investidura en Madrid.