La Policía Nacional, los primeros en atender a los menores huérfanos por violencia machista

«¿Los niños dónde están?» Esa es la primera pregunta que se hacen los agentes de la unidad de protección a la mujer de la Policía Nacional cuando llegan al escenario de un asesinato por violencia machista . Saben -si hay denuncias previas- de la existencia de menores de edad porque así les consta en un registro informático. La prioridad para los agentes es «aislar» a esos niños, explica María Jesús Cervantes, la inspectora jefa de la unidad e atención a la mujer en Sevilla (UFAM).

Cervantes tiene clarísimo que estos menores tienen que ser protegidos a toda costa. Evitar que les llegue información de fuera sobre lo que ha pasado , que amigos o vecinos les informen. «Los agentes intentan explicarles la situación», indica la inspectora de la Policía.

Asegura Cervantes que lo que ellos aplican con los menores es «sentido común». Pero siempre está bien algún consejo. El primero, indica, es que estos niños nunca deben ser el foco de atención. Ni saberse sus nombres, si se puede evitar. «Aislarlos y protegerlos de todo , a veces incluso hasta de sus familias», detalla.

Cuando llegan a la escena del crimen, los agentes buscan a los niños -o los recogen en el centro educativo- y los llevan a comisaría. Avisan a servicios sociales o a los psicólogos de emergencia que tiene la Junta y empieza el proceso de buscarles una salida. «A veces se pueden quedar con un familiar cercano pero hay otras que no. Hemos tenido el caso de unos niños que se acabaron quedando con la familia para la que trabajaba su madre», detalla Cervantes.