La Policía Nacional «andaluza» cumple sus primeros 25 años de vida

El cuerpo adscrito a la Junta sopla las velas de su primer cuarto de siglo entre el orgullo de su trabajo y la reivindicación para tener más agentes

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en los actos del XXV aniversario de la Policía Nacional adscrita a la Junta J.M. Serrano

M. Moguer

La Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía cumple este año su primer cuarto de siglo. Los agentes soplaron las 25 velas la pasada semana con la satisfacción del buen balance de las tareas en las que intervienen pero con el pesar de ser, aún hoy, el gran desconocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que sirven en la comunidad.

Ni los andaluces ni —lo que les preocupa más— los funcionarios y políticos en la Junta de Andalucía son conscientes del potencial de este cuerpo que tiene competencias en juego, venta de alcohol a menores, incendios forestales, caza ilegal, infracciones contra el patrimonio, retirada de menores, escolta, contravigilancia...

Este cuerpo, que nació en 1993, es un híbrido entre un cuerpo propio de policía andaluza y la Policía Nacional. Son, en realidad, agentes de este último cuerpo pero tienen un carácter autonómico. Mientras no se cree un cuerpo autonómico a imagen de la Ertzaintza o los Mossos d´Esquadra —un proyecto que se planteó a primeros de los años 2000 pero que nunca se tramitó—, son lo más cercano a una policía andaluza.

Con 25 años, su gran problema es de personal. Nacieron siendo solo 100 y en unos años pasaron de 600. Nunca han llegado a los 725 que marca su normativa. Ahora mismo son 495 personas las que integran esta unidad. Pese a que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, aseguró que iba a pedir al Gobierno central que aumentase la dotación, las jubilaciones que se les vienen encima pueden dejar cortas hasta las más generosas concesiones de personal.

25 años que han pasado desde entonces

«El año que viene tenemos previstas ya 15 bajas y en 2021, otras 22», explica el jefe de este cuerpo, el inspector jefe Demetrio Sanz. Eso quiere decir que, aunque el Ministerio del Interior concediera los 123 nuevos agentes a los que aspiran, en poco tiempo se habría vuelto a la situación de falta de personal. «Cuando se fundó este cuerpo —cuenta Enrique Font, subinspector veterano que llegó de los primeros, en 1993— la edad media de los agentes era de entre 30 a 40 años». Solo hay que sumar a eso los 25 años que han pasado desde entonces y se entiende que las jubilaciones van a ser una tónica general los próximos años.

Pero desde la Policía Nacional adscrita se resisten a ese declive. Quieren más agentes para seguir trabajando en asuntos como el absentismo escolar, fenómeno que, indican desde el cuerpo, se ha reducido «drásticamente» en Andalucía. Funcionan en este caso como un cuerpo de cercanía y, de paisano, identifican e investigan la situación de los niños que no acuden a clase. «Es muy eficaz, en las zonas donde intervenimos se ha reducido mucho», explican los agentes

Sacan pecho también en su papel de la gestión de incendios, donde trabajan codo con codo con el dispositivo Infoca y la Guardia Civil. Y en el caso del control del juego, indican fuentes del cuerpo, la realidad actual no tiene nada que ver con lo que encontraron en el año 93. «Entonces había casinos ilegales y muchas máquinas tragaperras trucadas», recuerda Font. «Hoy de cada mil máquinas, solo una viene tocada», presume.

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