Política
El piso de la Junta de Andalucía en Barcelona
Al poco de llegar al Gobierno de la Junta, Juanma Moreno decidió que quería tener una sede en Cataluña; se abrirá en breve
Cataluña siempre ha sido una parte de Andalucía, al menos en lo afectivo . Así lo han entendido todos los gobiernos autonómicos que han pasado por la Junta y así lo muestra la incesante actividad de las Casas de Andalucía que hay repartidas por toda la geografía catalana sin que sea necesario mencionar ni la Feria de Abril en Cataluña ni a las hermandades del Rocío allí radicadas. Según los datos oficiales de la administración, en Cataluña viven un millón de andaluces de primera o segunda generación, andaluces que se sienten también catalanes, que tienen allí a sus hijos y que han prosperado en aquella tierra.
Desde que llegó al Gobierno andaluz, Juanma Moreno quería abrir una delegación de la Junta en Barcelona, una oficina con la bandera blanca y verde (no hay que olvidar que el presidente nació en Barcelona aunque se vino para Málaga muy pequeño). Y considera que ahora es el momento. Por eso lo anunció en el debate sobre el Estado de la comunidad que se ha celebrado esta semana en el Parlamento.
No fue una idea peregrina ni un globo sonda sino una decisión meditada y mucho . Su objetivo es «arropar» a los andaluces que están allí, ayudarlos a mantener su acervo cultural, sus tradiciones y sus raíces y que sientan «cerca» el aliento de su Gobierno de la Junta. Pero los andaluces allí ya están suficientemente organizados, en federaciones y asociaciones de Casas de Andalucía que reciben, además, subvenciones de la Junta casi desde el nacimiento de la autonomía.
La clave
El presidente andaluz quiere ir más allá y convertirla en un instrumento para combatir «el separatismo». «No será una embajada porque Cataluña no será nunca un país extranjero», explicaba el propio Moreno en el Parlamento, pero tendrá atribuciones similares a las de estas legaciones diplomáticas . Haciendo gala de su filosofía del diálogo, del entendimiento y de la prudencia, pero Moreno quiere poner una pica en Cataluña. Porque la propuesta es también política . El Gobierno andaluz defiende que esta oficina es una demanda de los andaluces que viven en Cataluña, que están preocupados por la situación política y demandan atención. Y quién mejor para hacerlo que «su Gobierno» autonómico. Es una manera del presidente regional de abrir sus fronteras, de demostrar su peso político fuera de Andalucía.
Antecedentes
No es, desde luego, una idea original aunque las circunstancias políticas y sociales han cambiado mucho. En los años 80, la entonces Junta de Andalucía creó una Delegación para las Comunidades Andaluzas en Cataluña, Valencia y Baleares y montó una oficina en un piso en Barcelona.
Tras algunas visicitudes, la Junta firmó un convenio con la Diputación de Barcelona —entonces y ahora gobernada por el PSC— para la cesión de uso de un piso. Un convenio mediante el cual la Diputación cedía el uso a la Junta y la administración andaluza se encargaba del pago del personal para poner en marcha la oficina. El piso objeto del convenio está en la calle Carrer de Valencia, 268, en el Ensanche de Barcelona y fue utilizado hasta el año 2015, cuando la crisis económica, y también la decisión política de la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, la cerraron.
El actual Gobierno andaluz ya está manos a la obra para retomar este convenio, estudiar la posibilidad de renovarlo o de firmar uno similar. Las negociaciones se van a llevar a cabo entre la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Hospitalet, Nuria Marín, y el secretario general de Acción Exterior de la Junta, Enric Millo. Todavía queda mucho por aclarar pero la orden del presidente ha sido dar prioridad a este asunto y abrir la oficina en el menor plazo posible.
Sin embargo, todavía no hay presupuesto para ponerla en marcha ni está muy claro cuántas personas la compondrán , aunque se toma como referencia la delegación de la Junta en Madrid que cuenta con un director y cuatro funcionarios, si bien en ella también se encargan de las relaciones con los ministerios y los cargos del Gobierno de España.
El componente económico
Una de las claves de esta oficina en Barcelona es convertirla en una agencia económica . Pretenden que sea la ventanilla a la que se dirijan los empresarios catalanes que quieran invertir en Andalucía, de forma que conozcan de primera mano cuáles son las oportunidades y los sectores estratégicos, sin tener que recorrer mil kilómetros para reunirse con diferentes departamentos. Un acicate para atraer empresas e inversiones hasta Andalucía, sobre todo teniendo en cuenta la delicada situación por la que está pasando Cataluña.
También quiere servir d e trampolín para los empresarios andaluces que tengan negocios en Barcelona o que encuentren en Cataluña un lugar para expandirse.
Con estos mimbres, en el Gobierno andaluz están buscando una persona que cumpla con un perfil político y económico para ofrecerle el cargo de delegado o coordinador, una figura jurídica que se está estudiando ya que —hasta ahora— no había ningún decreto del Consejo de Gobierno con estos nombramientos. Lo que sí está decidido es que el cargo lo ocupe un andaluz que resida ya en Cataluña, que tenga vinculación con las comunidades andaluzas pero esté plenamente integrado en la sociedad catalana .