15-N Día Mundial sin alcohol
Pedro Seijó Ceballos: «La cantidad de alcohol que no causa daño es cero»
Entrevista con Pedro Seijó Ceballos, coordinador del III Plan andaluz sobre drogas y adicciones
![Seijó Ceballos posa durante la entrevista para ABC en la Consejería de Igualdad](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2019/11/15/s/drogas-plan-kzOE--1248x698@abc.jpg)
Al contrario de lo que ocurre con el tabaco, el alcohol continúa siendo visto como algo aceptable en la sociedad e incluso se incentiva a su consumo desde diferentes medios, plataformas y anuncios. Pedro Seijó, coordinador del III Plan andaluz sobre drogas y adicciones advierte sobre los peligros que entraña esta adicción.
¿Es el alcoholismo realmente una enfermedad?
El alcoholismo es una enfermedad y como tal tiene un tratamiento médico, sociológico, social y familiar. Un tratamiento que debe estar adaptado siempre a la persona que padece la enfermedad. Podemos decir que en el campo de las adicciones no hay ningún tratamiento que sea eficaz para todas las personas. Es necesario evaluar a la persona que padece ese trastorno y buscar el tratamiento ideal, que puede ser farmacológico, psicológico, social o ambulatorio. Debemos tratar el abuso de alcohol como lo que es, una enfermedad agresiva que puede incluso causar la muerte.
¿Cuándo se puede considerar que una persona es alcohólica?
Está bastante bien establecido cuando una persona tiene dependencia alcohólica. Existen una serie de criterios marcados tanto por la Organización Mundial de la Salud como por la Asociación Americana de Psiquiatría en los que se considera que una persona ha perdido el control sobre la sustancia cuando tiene un deseo difícil de controlar que le hace beber más de lo que desea, tener dificultades para parar una vez que ha empezado la ingesta, tolerar una cantidad superior de alcohol a la que toleraba antes o, en los casos más avanzados, cuando la reducción o supresión del consumo puede acarrear un síndrome de abstinencia físico.
¿Existen personas predispuestas hacia el alcoholismo?
Sí. Debemos considerar en primer lugar lo que se conoce como vulnerabilidad. Existen personas más vulnerables que otras a desarrollar una adicción. Fundamentalmente con una base genética importante conocemos que una persona con antecedentes familiares de alcoholismo es más vulnerable y está más predispuesta que otra que no los tenga, considerando también la importancia que tienen los factores psicosociales.
¿Qué es beber «moderadamente»?
El Ministerio de Sanidad establece como un consumo de alcohol de riesgo cuando una persona bebe más de cuatro unidades de bebida estándar –como cerveza o vino- al día en los hombres, y más de dos bebidas estándar en las mujeres. Ese límite es claramente más alto que en los países de nuestro entorno y el Ministerio de Sanidad trabaja en la actualidad para la reducción de dichos límites. Evidentemente la cantidad de alcohol que no produce ningún daño es cero y, aunque entre los requisitos para padecer una dependencia al alcohol no está el beber a diario, sí que podemos marcar el límite en 100 gramos de alcohol a la semana como máximo.
¿Se puede «curar» la dependencia al alcohol?
La enfermedad tiene tratamiento médico, farmacológico, psicológico y social. Es una enfermedad de curso crónico y con recaídas. Elementos sociales y familiares influyen mucho en la evolución de la enfermedad y es difícil establecer un resultado exacto. Los tratamientos son efectivos pero en más de una ocasión una persona para mantener una abstinencia de una manera prolongada necesita varias rondas de tratamiento. La media se sitúa en torno tres o cuatros intentos. Además, es necesario tener en cuenta si la persona con una dependencia alcohólica puede tener otro trastorno mental como ansiedad, depresión, elementos adversos o estrés en la vida, que a veces precipitan la recaída.
¿Qué síntomas pueden indicar que una persona abusa del alcohol?
Hablamos en general de abuso de alcohol cuando se está produciendo un daño por su consumo. Sin embargo, podemos establecer que existe un abuso cuando se hace una ingesta elevada de alcohol, cuando el consumo de esta sustancia es una parte importante en la vida de la persona en cuestión y cuando intenta reducir la ingesta y no lo consigue. Habitualmente cuando alguien tiene una adicción a una sustancia suele ser su entorno el que se da cuenta primero, ya que son más sensibles a los cambios que el alcoholismo produce en una persona. Sin embargo, los problemas no se centran en la sintomatología que presenta el paciente sino en la «burocracia» que implica comenzar un proceso de desintoxicación.
¿Cómo afecta el alcoholismo en Andalucía en comparación con otras comunidades autónomas?
Las cifras sitúan a Andalucía un poco por encima de la media en cuanto a número de pacientes tratados por alcoholismo desde el año 2018, aunque por debajo de varias comunidades autónomas como Navarra, Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana o el País Vasco. Se puede caer en el error de pensar que por el estilo de vida del sur donde se pasa más tiempo en la calle, el número de pacientes afectados por alcoholismo ha de ser mayor que en otras comunidades autónomas y no es así.
¿Cómo se refuerza la prevención desde el plan andaluz sobre drogas y adicciones?
Existen programas educativos preventivos que se exponen en todos los centros escolares públicos de Andalucía. Estos programas, impartidos por las consejerías de salud y educación, informan sobre los riesgos del consumo de drogas y las adicciones y orientan a los jóvenes no solo a nivel preventivo sino también informativo. La prevención pasa en todo caso tanto por medidas preventivas como por medidas reguladoras, como la publicidad. En este sentido, se ha reducido considerablemente la publicidad de marcas de alcohol en eventos deportivos.
Cree que la legalización del alcohol frente a la prohibición de otros tipos de drogas hace que la sociedad no sea consciente de los peligros de esta adicción?
El hecho de que el alcohol sea una sustancia de curso legal junto con el arraigo del que tiene en nuestra tradición y en la cultura occidental provoca que lo tratemos como un simple bien de consumo más. Incluso en los textos bíblicos ya se habla del consumo de alcohol como un elemento integrado en la cultura mediterránea. Esto provoca que muchas personas no lo vean como una droga o como una sustancia que puede generar enfermedades pero al mismo tiempo todos conocemos que el alcohol es causante de problemas hepáticos, nerviosos, de dependencia… todos tenemos conocimientos desde pequeño sobre cómo es posible desarrollar una adicción al alcohol. El único elemento que se nos escapa y que nos gustaría conocer es qué persona es más propensa que otra a desarrollar una adicción cuando prueba una sustancia.
Según la Junta de Andalucía, el alcohol sigue siendo la sustancia que más admisiones a tratamiento motiva ¿continúa así la situación?
El alcohol es el causante del 25% de las admisiones a tratamiento en Andalucía. La edad media de las personas tratadas es de 46,1 años aunque la mayoría de ellas suele comenzar a tener una dependencia de alcohol mucho antes. Esto nos habla sobre el largo período de tiempo que pasa desde que una persona comienza a ser alcohólica hasta que solicita tratamiento, dando en Andalucía una media de 13 años y medio. Las personas que sufren de alcoholismo no suelen reconocer su adicción y tan solo un 40% reciben tratamiento por iniciativa propia, frente al 20% que lo hace gracias a la ayuda de familiares y frente al 35% restante que lo hace a través de los servicios de atención primaria. Debemos trabajar para que todos esos plazos y barreras se reduzcan y que las personas afectadas puedan recibir ayuda lo más rápidamente posible.
¿Cómo cree usted personalmente que se puede mejorar este problema desde la base?
De las personas que inician tratamiento en 2018 un 40% de ellas ya lo había realizado anteriormente. No siempre una persona consigue superar una adicción la primera vez que lo intenta sino que precisa de varias rondas de tratamiento. Por ello, tenemos que continuar trabajando en la misma línea manteniendo los tratamientos accesibles a la población y desarrollando los programas preventivos, no solo en lo referente a adicciones con sustancia , sino también sin ellas. Antes hablábamos de toxicomanía y hoy día debemos hablar de adicciones.