DÍA DE ANDALUCÍA
El Parlamento andaluz celebra su último 28F antes de las elecciones mirando de reojo al congreso en el PP
Marta Bosquet rechaza «hacerle el juego a quienes no creen en la libertad e igualdad» y avisa de que «incendiar es rápido»
El Día de Andalucía amaneció gris. Frío, sin color, entre nubarrones y neblinas. Pero conforme iban tomando asiento los diputados y autoridades en el Parlamento de Andalucía, a eso de las 10.30 de este lunes festivo, el sol se fue abriendo paso entre las nubes para iluminar el patio de banderas , convertido en un improvisado salón de plenos por aquello de que corriera el aire fresco en tiempos de coronavirus.
Una de las primeras en llegar al exterior del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, conocido como el de los pobres, fue la senadora del PSOE por Andalucía Susana Díaz, ejerciendo como ex por primera vez en un 28F. Fue extraño ver a la anterior presidenta de la Junta ocupar su asiento en la primera fila, junto a otros políticos retirados, alejados de los focos. A su derecha estaba José Antonio Marín Rite , presidente del Parlamento andaluz en el siglo pasado (1988-1994), y los sucesores de éste, Javier Torres Vela, Mar Moreno, Fuensanta Coves y Manuel Gracia , todos de su mismo partido.
Detrás de ella, ocupaba la segunda fila Juan Espadas , quien en junio dobló el pulso a Díaz en las primarias y luego se hizo con las riendas del PSOE andaluz. Aparte de ella, ningún otro expresidente de la Junta acudió al principal acto institucional del Parlamento, en el que la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet , hizo balance de los 40 años de su constitución, 30 de ellos en el antiguo hospital en su último 28F desde que echó a rodar la legislatura.
A Susana Díaz, que llevaba un traje color berenjena, le separaba un pasillo que agrandaba las distancias con la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero , exconsejera suya hasta que Pedro Sánchez la convirtió en su fichaje estelar, y el ministro de Agricultura, Luis Planas . No se vio ninguna complicidad entre ambas, ni siquiera por los tiempos pasados juntas en el Consejo de Gobierno. De la ministra no se separaba Alfonso Rodríguez Gómez de Celis , antiguo enemigo íntimo de Susana Díaz y hoy vicepresidente primero del Congreso de los Diputados. El Ayuntamiento de Sevilla estaba representado por su alcalde, el socialista Antonio Muñoz.
Montero iba de traje azul, pero predominó la gama de tonos verdes, como la bandera andaluza, en los vestidos y los complementos de los diputados. Haciendo gala de su andalucismo, el presidente Juanma Moreno, llegó al Parlamento con la corbata verde y de la mano de su mujer «Manu» Villena, de blanco y con pendientes de esmeralda de una conocida tienda de la calle Sierpes de Sevilla. Elías Bendodo , también con la corbata andalucista, comentaba en un corrillo de periodistas que «el partido tomará impulso y sale reforzado» de la crisis que ha acabado con la carrera política de Pablo Casado.
Poco antes, en una entrevista en la Cope, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, había asegurado que su «aspiración máxima» es contar con « un Gobierno monocolor, gobernar con manos libres « tras las elecciones al Parlamento de Andalucía, que se celebrarán este año.
El congreso del PP que «con un 99% de probabilidad se celebrará en Sevilla» a principios de abril, el ascenso del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, al frente del PP nacional y el peso específico que tenga Andalucía en la nueva dirección era el principal runrún que corría por los corrillos que se fueron formando bajo la hermosa fachada renacentista del Parlamento.
Poco antes del acto, Moreno había mostrado su preferencia por un gobierno monocolor, sin su actual socio, Ciudadanos, pero tampoco con Vox
Había ganas de intercambiar impresiones después de una pandemia que ha impedido a los 109 diputados de la Cámara asistir a las sesiones por las limitaciones de aforo. Estaban todos citados, pero hubo algunas sillas vacías, como las de los parlamentarios de Vox. El único que acudió fue su portavoz, Manuel Gavira , pero lo hizo como secretario tercero de la Mesa de la Cámara andaluza tras las elecciones de diciembre de 2018. Pero, a pesar de su presencia, reivindicó que el Día de Andalucía sea el 2 de enero, fecha de la rendición en 1492 del reino nazarí de Granada ante los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. «Las autonomías son una fuente de desigualdad y división entre todos los españoles», aseguraba Gavira, que sin embargo ejerce de diputado de la comunidad autónoma que quiere eliminar.
El acto comenzó con el izado de la bandera y la interpretación del himno de Andalucía a cargo del cantaor Arcángel. Tras la música llegó la letra en boca de Marta Bosquet, que armó un discurso liberal, como el programa de Ciudadanos , su partido, que rechaza las etiquetas derecha-izquierda, rojos y azules. «La autonomía no es impedimento para la cohesión de España», proclamó. Abogó por el Estado autonómico marcando territorio frente a Vox y los nacionalistas, como «el abrazo que favorece la unión desde la diversidad para avanzar juntos». No obstante, lamentó las «presiones crecientes sobre nuestro modelo de convivencia» que ha atribuido tanto a «quienes no creen en las autonomías» como por parte de « quienes las usan como arma para intentar dividir, obtener privilegios o levantar fronteras ».
Marta Bosquet aboga por la libertad e igualdad
La presidenta del Parlamento de Andalucía ha pedido no « hacerle el juego a quienes no creen en la libertad y la igualdad » y ha señalado que la democracia es sinónimo de «entendimiento y convivencia». «Destruir es fácil; incendiar es rápido», ha advertido Bosquet, que ha recordado «la agresión injustificable» de Rusia hacia Ucrania. Al comienzo de su discurso mencionó al presidente de la Junta de Andalucía, miembros del Consejo de Gobierno y autoridades, pero no hizo una mención expresa a los ministros presentes, lo que provocó algún comentario indignado entre los parlamentarios socialistas.
Menciones aparte, Bosquet ha hecho balance del que es el último año de la XI legislatura para proclamar que ha sido «intensa y productiva», afirmación que ha sustentado en la aprobación de 20 leyes y en la renovación de los órganos de extracción parlamentaria.
La presidenta del Parlamento de Andalucía ha planteado los retos que tiene la región por delante más allá de la superación de los efectos del coronavirus, « aunque la pandemia sea un desafío enorme y urgente », entre los que ha situado, en primer término, «la lucha contra la discriminación y el compromiso con la igualdad».
Bosquet, quien ha sostenido que « no debemos dar pasos atrás en defensa de una igualdad real y efectiva », ha ratificado su existencia «mientras exista discriminación y brecha salarial; mientras haya techos de cristal que impidan a las mujeres desarrollar todo su potencial; mientras sufran acoso y maltrato y, sobre todo, mientras una sola mujer siga siendo asesinada por violencia machista», para instar entonces a que «no podemos descansar».
La presidenta del Parlamento, quien ha evocado la situación de «nuestros agricultores y ganaderos» por diferentes situaciones que afrontan, entre ellas, la reforma de la PAC y ha considerado que «no podemos fallarles» porque «su causa es la nuestra , la causa de Andalucía», así como a los pescadores o a los profesionales del sector de la cultura, ha reclamado «una financiación adecuada» para sostener los servicios públicos porque «Andalucía está infrafinanciada».
Tras apuntar que la financiación estatal de Andalucía «es una realidad reconocida por esta Cámara desde hace años», Bosquet ha recordado que « los andaluces reciben menos recursos de los que merecen por un sistema de financiación autonómica que perjudica los intereses de la comunidad donde más españoles viven». Consideró «urgente actualizar dicho sistema, reconocer el peso poblacional de Andalucía y hacer efectivo el principio de igualdad».
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