Los padres urgen que se apliquen los protocolos para evitar el acoso escolar

Educación actualiza sus medidas contra el maltrato y permite que los profesores requisen los móviles en busca de pruebas de ciberacoso

Uno de cada tres niños en Andalucía afirma haber sido víctima de acoso escolar ABC

ROMUALDO MAESTRE

Uno de cada tres alumnos en Andalucía es víctima de acoso escolar Lo que pudiera parecer «una simple pelea de niños» puede acabar incluso con la vida del alumno acosado, que impotente e indefenso no ve otra salida que el suicidio. Que el problema es grave lo demuestra el mismo hecho que tiene incluso asignado un día al año, el de la no violencia y la paz en la escuela: hoy 30 de enero.

Además, las nuevas tecnologías se han convertido en unos aliados imprescindibles de los acosadores, que continúan con sus actividades delictivas fuera de las aulas y sin límite de tiempo. Hasta tal punto es así que en Andalucía se ha tenido que actualizar el protocolo de actuación en supuestos de acoso escolar aprobado en 2011. Ya se hizo un añadido en 2014 para dar cabida al acoso en casos de niños que han decidido cambiar de género . Ahora sobre todo se hace una puesta al día sobre el ciber acoso, con la posibilidad incluso de requisar el móvil los profesores no sólo al acosador y al acosado, sino a las personas pasivas de esta lacra social. Las manifestaciones del acoso escolar, según el protocolo, serían la exclusión y la marginación social, la agresión verbal, vejaciones y humillaciones, agresión física directa e indirecta, intimidación, amenazas , chantajes, acoso sexual o ciber acoso a través de móviles.

Garantistas

De lo que más se quejan los padres y especialistas es del tiempo que transcurre en aplicar el protocolo o de que simplemente se obvie. Hay que tener en cuenta que el tema es muy delicado, estamos tratando con menores y todos los procesos tienen que ser extremadamente garantistas. Como dice Antonio Valdivia, inspector de la Policía Nacional de Córdoba y tres años involucrado en la prevención «insultos por un penalti fallido no es acoso, debe existir continuidad en el tiempo y reincidencia».

José Manuel Nieto Caro, presidente de Confedampa , la confederación andaluza de asociaciones de padres y madres de alumnos, cree que «el acoso escolar se tapa en muchos colegios privados porque suponen una mancha en el expediente, y si trasciende que existen problemas de convivencia los padres no matriculan a sus hijos». Preguntado si existen datos sobre eso Nieto Caro aclara que no, «entre otras cosas, porque al ser empresas privadas no están obligadas a aplicar el protocolo de la Junta, ni pueden dejar constancia en el programa on line Séneca» . «Ojos que no ven corazón que no siente, el mal viene cuando por salvar un conflicto se deja pasar y acaba en lo peor, con resultado de muerte y entonces ya no hay remedio, taparlo es más perjudicial que corregirlo».

Desde la propia Consejería de Educación de la Junta, que tiene un teléfono gratuito para los asuntos de maltrato escolar, el 900 102 188 , confirman que los colegios privados no tienen por qué aplicar su protocolo, «sí en el caso de los concertados y por supuesto en los públicos». «Lo cual no quiere decir –aclaran– que no estén sujetos a la inspección en caso de que un padre denuncie».

¿Hay más casos de acoso escolar dependiendo de la naturaleza del centro? Los especialistas del Colegio de Psicólogos no lo creen, al menos ellos no tienen constancia de eso, así lo confirma Yolanda Martínez, psicóloga infanto-juvenil y coordinadora del Área de Psicología Educativa de dicho ente.

Mediar entre alumnos

Para Martínez «ante la primera sospecha de que su hijo tiene algún conflicto es importante informar al tutor para que medie entre los alumnos y obtenga de ellos un compromiso para su solución». Además, el tutor deberá iniciar un proceso de observación y seguimiento de la relación de dichos alumnos, muy útil en caso de que se convierta en un conflicto continuado o acoso escolar, tal y como recomienda el protocolo de Educación. «Esto lo pueden hacer por escrito a través de la agenda o la plataforma “on line” para que quede constancia de que se ha informado de la situación al tutor», añade la especialista.

«Es importante crear en casa un entorno de diálogo y confianza para que los menores confíen a sus padres este tipo de hechos , muchos niños no lo cuentan por vergüenza o por creer que sus familias se enfadarán o no podrán hacer nada. En la mayoría de los casos que atendemos los psicólogos educativos los menores acosados han sufrido el acoso en silencio durante mucho tiempo. La recomendación más útil para las familias es hablar en casa con naturalidad del tema del acoso escolar y de la importancia de los espectadores pasivos, así concienciaremos a nuestros hijos a destapar cualquier hecho que les pase a ellos o a algún compañero», insiste Yolanda Martínez .

Los padres creen que el protocolo tiene «lagunas» y «está falto de una respuesta rápida por falta de concreción de los tiempos»

Desde Confedampa denuncian que el tratamiento no es el adecuado «ni por parte de las familias, ni de los centros educativos, ni de los medios de comunicación». Creen que el protocolo tiene «lagunas» y «está falto de una respuesta rápida por falta de concreción de los tiempos». Como norma general, continúan los padres, «la denuncia suele realizarla la familia del alumno agredido verbalmente al centro, y a veces después de varios días o incluso semanas desde la primera agresión ». Para Confedampa «esta primera denuncia verbal, a veces, queda a la arbitrariedad del tutor y del equipo directivo tomar las medidas sobre el posible acoso, sin iniciar dicho protocolo oficialmente».

Desde el Colegio de Psicólogos de Andalucía Occidental Yolanda Martínez hace hincapié en recabar del menor detalles concretos sobre el hecho (día, hora, lugar, testigos, daños o agresiones) para que las familias puedan acudir al centro escolar con argumentos . «Si el tutor no está disponible, se puede solicitar la cita con el orientador escolar o el jefe de estudios. Siempre se les puede solicitar por escrito el acta de la reunión mantenida y los compromisos adquiridos», añade Martínez. En este punto coinciden con la asociación Confedampa, que aconsejan a las familias afectadas que lo pongan por escrito al director, lo entregue en el registro de la secretaría y se quede con una copia.

Si es necesario iniciar el protocolo de acoso escolar, tanto el equipo directivo como el orientador escolar y el tutor establecerán las medidas urgentes para la protección del menor acosado (vigilancia en los lugares comunes además de en clase, pedirle a otros alumnos que lo acompañen, etc.) y se iniciará el proceso de observación y obtención de información sobre los hechos.

Yolanda Martínez aclara que «las familias de los menores implicados serán informadas de las correcciones o medidas disciplinarias que correspondieran, así como, de la no actuación correctiva si los hechos resultasen no probados». La especialista ve fundamental que las familias de los menores acosadores entiendan que sus hijos también necesitan ayuda y que «no son suficientes sólo las medidas sancionadoras o correctivas». «Las escuelas que no asumen la realidad que suponen los conflictos en el entorno escolar están perdiendo la oportunidad de enseñar a sus alumnos habilidades importantes para la vida», concluye.

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