Otros pucherazos en la Cámara: cuando Zarrías votó a dos manos y Galán pulsó con la mano y el pie
Ambos senadores andaluces fueron sancionados por una votación fraudulenta en mayo de 1991
La equivocación del diputado del PP Alberto Casero, que ha permitido al Gobierno salvar los muebles de su proyecto de reforma laboral la tarde del jueves en el Congreso, no es el único episodio de votación pifiada que genera revuelo. En mayo de 1991, los senadores andaluces del PSOE Joaquín Galán y Gaspar Zarrías protagonizaron un pucherazo de los que marcan época en la Cámara Alta.
El primero votó con el pie y una mano mientras que Zarrías, antes de llegar a ser el todopoderoso vicepresidente de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves , se las ingenió para pulsar el botón con una mano y alcanzar a hacer lo propio en el escaño de al lado del compañero ausente, en un ejercicio de gimnasia corporal fuera de lo común del que hay incluso testimonio gráfico. Dos personas, cuatro votos. El resultado, que se había visto adulterado, tuvo que repetirse.
Galán y Zarrías fueron los senadores que quedaron retratados por el objetivo indiscreto de los fotógrafos del diario El Sol, en aquella sesión del Senado del 9 de mayo de 1991, pero debió de haber más. En el Senado ocupaban el escaño 156 representantes. Sin embargo, el panel electrónico llegó a registrar hasta 177 votos . La Cámara Alta estaba pronunciándose sobre las enmiendas presentadas a la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En ninguna de las votaciones que se produjeron ese día el cómputo bajó de 167. Hubo hasta quienes lograron pulsar tres teclas a la vez, pero al presidente del Senado, Juan José Laborda, debió de parecerle normal. Tampoco ningún grupo parlamentario presentó queja o reparo alguno por aquello.
A Joaquín Galán, senador por Sevilla, la cámara lo cazó alargando al máximo sus extremidades inferiores hasta pulsar varias teclas, mientras Zarrías votaba a dos manos .
Sanciones económicas
Con posterioridad, el Grupo Socialista sancionó con medidas económicas a los diputados que habían votado por sus compañeros ausentes y el Grupo Popular estudió aplicar medidas similares a los suyos.
Los ecos de aquel pucherazo sonaron en el Parlamento andaluz, cuyo presidente, Antonio María Marín Rite, pidió al presidente del Senado un informe sobre las irregularidades cometidas por los senadores andaluces Galán y Zarrías, para salir al paso de las críticas políticas. El responsable de Izquierda Unida, Luis Carlos Rejón, solicitó que a ambos les retiraran los derechos como diputados autonómicos si se confirmaba que habían votado por partida doble. Al final, la milagrosa multiplicación de los votos no llegó a mayores.
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