Semana Santa

Otra forma de vivir la Pasión en Andalucía

Tambores, representaciones vivientes, toros de Pascua, escarnio a los Judas... no todo son procesiones

Los judíos de Baena con su característica vestimenta S. N. T

ABC

Andalucía vive intensamente la Semana Santa y la Pascua de Resurrección con ritos ancestrales que se renuevan cada año y celebraciones que con el tiempo se han hecho tradicionales. Estas son algunas de las muy variadas y singulares formas de conmemorar de otra forma la Pasión, Muerte y Resurreción de Jesucristo en Andalucía.

La Semana Santa que más suena en Córdoba

El santo y seña de la Semana Santa de Baena es el judío con su tambor . Llama la atención de esta figura su vistosa indumentaria: sus chaquetas de paño rojo cuidadosamente bordadas; con los destellos dorados del brillo de sus cascos de latón finamente pulidos y ornamentados en relieve con motivos vegetales, alegóricos o pasionales. Y sobre ellos, el color y el brío de los plumeros, al que se suma la particularidad de los pañuelos anudados al cuello con una sortija. Del casco cuelga la cola, la que los divide en colinegros o coliblancos. Dividida en liñuelos, es trenzada al finalizar la Semana Santa y destrenzada con esmero al comenzar la Cuaresma. La guinda al judío la pone el tambor. Caja de música totalmente artesanal con sonido de plata.

Los tambores comienzan a sonar en Baena en Cuaresma, lo hacen cada viernes. Aunque no es hasta el Miércoles Santo cuando su sonido inunda todo el pueblo hasta el Domingo de Resurrección, con el único descanso del Sábado Santo en señal de duelo por la muerte de Jesús. La gallarda figura del judío que procesiona en Baena es una evolución de las milicias realistas locales y hunde sus raíces en el siglo XIX. De ellas toma su indumentaria, su organización y protocolos. Si bien, al principio, no todos portaban tambor. Era un solo miliciano el que lo hacía; situado al frente para marcar el paso. Existía además la figura del abanderado y el cuadrillero, presentes también hoy en la Semana de Pasión de Baena.

Las representaciones «vivientes»

Incurre en un error aquel que piense que la Semana Santa son únicamente procesiones de imágenes quietas e inertes, pues viven. Al menos en el municipio granadino de Cuevas del Campo , donde cada año desde 2001 festejan una Semana Santa Viviente en la que participan más de 600 personas, incluso animales de carne y hueso. Los lugareños escenifican distintos pasajes de la Pasión de Cristo, desde el juicio de Poncio Pilatos a Jesús hasta su Resurrección. La fiesta está declarada de interés turístico nacional y patrimonio inmaterial de Andalucía.

Varios municipios culminan la Semana Santa con una representación viviente de las escenas de la Pasión IDEAL

Entre las representaciones vivientes de la Pasión destaca especialmente la del Paso de Riogordo en la Axarquía de Málaga . Este municipio malagueño se vuelca el Viernes y Sábado Santo con un auto religioso que trata de catequizar a través del teatro y que ha sido definido como «el mejor paso de Europa» y declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional. Unos 600 actores, vecinos del pueblo, trasladan al visitante a la Jerusalén de hace 2017 años. Sobre un recinto de 8.000 metros cuadrados, bautizado como El Calvario, se desarrollan los principales pasajes de la Pasión, desde el «Sacrificio de Isaac» a la muerte de Jesús en la cruz. La representación, para la que se venden entradas entre 10 y 7 euros, dura unas tres horas y se compone de 17 escenas introducidas por una voz en off.

También en el municipio jiennense de Villanueva del Arzobispo la Semana Santa se representa en vivo. Los actores de Alco teatro, con el acompañamiento musical de la agrupación musical villanovense, escenifican pasajes de la Pasión de Cristo en el casco antiguo de la población con la colaboración de las cofradías del Prendimiento y el Santo Entierro.

La mañana de Albricias

Las jamugueras bailan fandangos en la mañana de Albricias del Cerro del Andévalo ABC

El Domingo de Resurrección, el Cerro del Andévalo (Huelva) amanece con la procesión de la Virgen de las Albricias desde la Parroquia Santa María de Gracia, una comitiva que abren «los lanzaores» de San Benito, ataviados con el traje típico, danzando al son del tamborilero, mientras en las plazas del pueblo, las «jamugueras» bailan fandangos.

La imagen de la Virgen de Albricias, obra de León Ortega (1958), está cargada de simbolismo por la alegría de la Resurrección de Cristo, procesiona en unión con el Santísimo, bajo palio, y al final de la misma comienza el Aviso General, cuando el mayordomo invita a todo el pueblo a la romería que se celebrará pronto.

Tras la Semana de Pasión, en algunos municipios de la provincia de Huelva — como Alájar, Cortegana o Hinojos —sigue viva la vieja tradición de la «quema del Judas», que se lleva a cabo el Sábado Santo o Domingo de Resurrección, cuando se apedrea y quema un muñeco de paja o trapo que simula al discípulo que vendió a Jesús por unas monedas.

Toros y Judas para la Pascua

También en la provincia de Cádiz es tradición pasear a los Judas por la Pascua. En Conil queman su figura y en Benamahoma sueltan un toro para que la destroce. En Coto de Borno, en la noche del Sábado Santo se procede a la quema de las figuras de Judas que han realizado los vecinos y a la medianoche se celebra la Resurrección con música y el llamado «Búcaro de la suerte», que contiene agua con licor y del que beben los lugareños pidiendo por cada trago un deseo.

Un «Resucitado» con chocolate y dulces

Carreritas con la Virgen de Fátima en Tabernas ABC

Desde los años ochenta, un grupo de vecinos de la localidad almeriense de Tabernas , conocidos como «Los Amigos del Resucitado» , son los protagonistas del Domingo de Resurrección. Nadie falta a esta cita que comienza a las 8:00 horas con la salida en procesión de Cristo Resucitado y Nuestra Señora de Fátima. Un desfile que termina con un gran desayuno compartido tras la celebración de la Santa Misa.

Durante la procesión, los portadores de las imágenes corren por las calles de Tabernas para encontrarse con ambas imágenes, un emotivo encuentro en el que se le retira el manto negro a la Virgen y el público asistente rompe en aplausos y vítores. A la salida de la Misa, todos los asistentes disfrutan de una convivencia a las puertas de la Iglesia donde se instalan mesas para servir chocolate y dulces típicos.

Información elaborada por S. N. T . (Baena), Raquel Pérez (Almería), Rosa Font (Huelva), Leo Rama (Granada) y Javier López (Jaén)

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