El nuevo DNI condena al cierre a miles de fotógrafos tras el mazazo de la pandemia
Sin noticias del Ministerio de Interior a las peticiones de negociación desde el sector, ni ayudas específicas tras meses en el dique seco, la obligación de hacer las fotos en comisaría deja a más de 17.000 empleos en el aire en toda España
Diego Paredes es la cuarta generación de fotógrafos en su familia y puede que la última. A pocos metros de la comisaría de la Plaza de los Campos , justo en el centro histórico de Granada, decenas de personas cada día se sientan en una habitación de su local esperando el flash de su cámara. Es así desde hace 40 años . Primero se las hizo su abuelo, luego su padre y finalmente él.
El motor económico de este negocio intergeneracional es simple: salgas bien o mal, renovar el Documento Nacional de Identidad necesita de una foto que, hasta el momento, la hace un fotógrafo . Alquilar cerca de la comisaría, por tanto, cubre una necesidad básica para el trámite. O al menos lo cubría.
La nueva normativa estipulada por el Gobierno para la renovación del carnet de identidad, ahora DNI 4.0 , que encomendaba a sacar esta foto in situ al policía de turno condena a la incertidumbre laboral a casi 17.000 fotógrafos de estudio como Diego Paredes en toda España.
El nuevo sistema, eso sí debería estar en funcionamiento desde hace un mes, concretamente desde el dos de agosto , y sólo el retraso a la hora de recibir la maquinaria para ello, según comentan los propios trabajadores del sector, posterga la instantánea de miles de profesionales de la fotografía en la cola del INEM.
Que sus negocios están abocados al cierre es un hecho palpable en cada local donde se pregunta. Es el caso de Luis López Esquivel, en Córdoba . «Fotografía Luisma», así se llama su estudio, que se encuentra a apenas 25 metros de la Comisaría. 37 años a la espaldas haciendo fotos de carnet . Con 60 y a apenas cuatro de la jubilación, el cambio de modelo significa el desastre.
«Hablan de abaratar costes y cobrarte te cobran igual, pero con una webcam de mala manera»
Luis López Esquivel
Fotógrafo, 37 años de profesión
«Para mi es el 90% de los ingresos. Hablan de abaratar costes, pero eso ya ocurrió con el carnet de conducir. Cobrarte te cobran igual, pero con una webcam de mala manera . Vas sumando cosas: los móviles, la pandemia, esto…espero que se paralice» explica Esquivel.
La medida lleva coleando desde el mes de abril, cuando todas las asociaciones españolas de fotógrafos como Eufoto o AFPE (Asociación de Fotógrafos Profesionales Españoles) se pusieron en pie de guerra para frenarla.
La cuestión es sangrante si tenemos en cuenta que son fondos europeos, con una cuantía de 25 millones de euros , los que financiarán dicha maquinaria. Mientras, el sector, vapuleado económicamente por la pandemia y sin ayuda específica alguna, recibe la estocada final . A tener en cuenta, además, que durante el pasado 2020, la obligación de la renovación del DNI ha estado congelada con las consiguientes pérdidas para estos establecimientos.
Algunos, directamente, han decidido renunciar al negocio. La jienense Reina Ramírez se encuentra desde septiembre de mudanza . Su estudio fotográfico a menos de un minuto de la comisaría, cierra tras diez años de actividad. Después de un año sin bodas, bautizos o comuniones , no quiere esperar a ver cómo, sin los ingresos del DNI, su negocio se hace inviable.
«Yo a veces echo 20 minutos para hacer una foto. Si esto ralentiza el negocio aquí, no quiero imaginar las colas en una comisaría»
Diego Paredes
Fotógrafo, cuarta generación en su familia
« Yo no sé quién hará ahora las fotos, pero cuando le venga un niño y le de una patalea de llorar, a ver la cola que se forma. Tampoco sé si se conseguirá negociar con los políticos, pero sí que tarde o temprano ocurrirá» cuenta Reina, que al mismo tiempo señala que al menos el 50% de su negocio dependía de ello.
Las cifras que cuentan estos fotógrafos contradice la reivindicación del cambio desde el Ministerio del Interior , que apenas cifraba en un 10% las pérdidas de estos trabajadores , evidentemente, autónomos y con infinitas facturas por pagar.
Desde la AFPE insisten en que las restricciones sanitarias ya ha dejado tras de sí varios comercios en el camino, cuando no trágicamente endeudados . Ese último azote, el de la foto de carnet, dejará de facto, sólo en un primer momento, 1.200 establecimientos con la persiana bajada. 3.500 personas directamente sin empleo.
Mirando a Madrid
La necesidad de cambiar el actual sistema obedece, a priori, a razones de seguridad, aunque según explica Diego Paredes, la nueva normativa a la hora de la renovación del DNI «apenas tiene cambios con respecto a la de 2016 más que en la foto y poder llevarlo en el móvil. Y llevan meses empleándose».
Al argumento se apuntan también Esquivel y Ramírez, y, en definitiva, todas las asociaciones. Un síntoma más de que el diálogo con el sector ha brillado por su ausencia.
De hecho, en otros países como es el caso próximo de Francia sin ir más lejos, no han emprendido ese nuevo modelo. Tiene su lógica, teniendo en cuenta que si las fotos se hacen desde una comisaría y no desde un estudio fotográfico se sobrevendrán problemas añadidos . Es más, sería paradójico que la digitalización del servicio ralentizase el procedimiento. Recordemos la citada «pataleada» del niño.
«Yo hay veces que me echo hasta 20 minutos para sacar una foto. Si viene una persona autista, por ejemplo, hay que saber tratarlo tomar sus tiempos. Si esto ralentiza el negocio aquí, no quiero imaginar las colas en una comisaría. Es tan fácil como hacer un sistema concertado», explica el fotógrafo granadino.
En todo caso, los profesionales de la fotografía como él ya han dado alternativas, como sería concertar el servicio y poner a disposición algún tipo de sistema informático para que la Policía reciba las fotos directamente. Tal y como destacan desde Eufoto, quien ha pedido una mesa de negociación del Gobierno con el sector, «nadie se opone a la digitalización en la tramitación del nuevo DNI, si no que se quiere formar parte de ella».
Entre las peticiones, además, se pide que esos mismos 25 millones que se quieren invertir en maquinarias se inviertan en el propio secto r, tal y como han pedido grupos parlamentarios como el Partido Popular o el PNV en el Congreso el pasado mes de julio. La reunión con Interior de estas asociaciones, por el momento, se hace esperar.
«Cada semana pedimos una reunión y cada semana se posterga» comenta Paredes. En la mesa de recepción a los clientes, la hoja de firmas con el sello de la APFE para defender negocios como el suyo está siempre presente. «Mi abuelo abrió el primer local de fotografía en 1971. No me gustaría ser yo quien tuviera que cerrar».
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