CURSOS DE FORMACIÓN EN ANDALUCÍA
«Muchos padres no saben cómo hablar del alcohol con sus hijos»
Entrevista con Bosco Torremocha, director ejecutivo de la Fundación Alcohol y Sociedad
La Fundación Alcohol y Sociedad está patrocinada por la Federación Española de Bebidas Espirituosas. Entre sus objetivos está la divulgación del peligro que supone el consumo de alcohol en menores. En los últimos años han invertido en este apartado más de 25 millones de euros en estas actividades con campañas específicas y cursos de formación por toda la geografía española.
-Las cifras que maneja la Junta de Andalucía indican que han bajado once puntos sobre cien las botellonas con menores de 30 años de 2011 a 2015 ¿coinciden con los estudios de Alcohol y Sociedad?
—Efectivamente las prevalencias de las últimas encuestas, tanto en Andalucía como a nivel nacional muestran una tendencia positiva. En la Fundación Alcohol y Sociedad nos centramos en la labor de prevención en menores de edad y realizamos más de 100.000 encuestas por año, y la evolución de los datos coincide con esa disminución.
—¿Se bebe quizás menos cantidad, pero con más intensidad?
—Lo que está ocurriendo es que, si bien ha aumentado el número de menores que no beben, los que lo hacen consumen con mayor intensidad.
—¿Por qué va un joven a una botellona? ¿Beber en grupo desinhibe?
—Según los expertos, el botellón es un fenómeno complejo en el que influyen muchos factores: socializar, relacionarse… Beber bebidas con alcohol es parte del botellón, pero no todos los que asisten beben y, por el contrario, una parte de los que los frecuentan van con la finalidad de beber en grandes cantidades.
—¿Cómo se enseña a un adolescente con déficit de personalidad a decir que no?
—Los factores de protección hay que trabajarlos desde la infancia, es especialmente importante prevenir antes de que se produzca el primer consumo. La presión de grupo es un factor determinante a la hora de que un menor empiece a beber; si se consigue –con información y educación– que el menor entienda por qué no es bueno consumir alcohol a esas edades, se tiene mucho ganado.
—Tolerancia cero con el alcohol en menores, ¿incluye eso la cultura de «una copita de vino no hace daño» o permisividad en ocasiones especiales?
—Menores ni una gota. Los padres tenemos que enseñar a nuestros hijos y jugamos un papel fundamental e insustituible en su educación. Hay distintos modelos de educación familiar, pero los padres debemos tener autoridad y eso pasa muchas veces por decir que no y establecer límites, más que por ser «colega» de nuestros hijos.
—¿Dos muertes por coma etílico en menores en un corto espacio de tiempo invita a que los jóvenes reflexionen que están jugando con fuego?
—A toda la sociedad y especialmente a los menores, al grupo de amigos. Son noticias trágicas, tremendas y deben hacer reflexionar a toda nuestra sociedad. Todos podemos hacer algo desde nuestra posición para que esto no vuelva a ocurrir. A edades tan tempranas, el organismo no es capaz de metabolizar el alcohol ingerido, por lo que retrasar lo más posible la edad de inicio de los jóvenes sería muy relevante.
—La ministra de Sanidad recomienda que se multe a los padres que no asistan a cursos de sensibilización con sus hijos, la consejera de Asuntos Sociales de la Junta es más partidaria de ayudar a las familias, ¿qué opina usted?
—Los padres somos los responsables de lo que hacen nuestros hijos menores de edad, la patria potestad no es un derecho, sino una obligación. Dicho esto, existen muchos padres que no saben cómo abordar el consumo de alcohol en menores y no saben por dónde empezar a la hora de hablar con ellos sobre estos temas. Toda la ayuda que se preste a los padres es necesaria y bienvenida.
—¿Hay mucha diferencia de consumo de alcohol en jóvenes entre los países que emplean medidas prohibitivas y los qué no? ¿Es mejor la prevención?
—Naturalmente, hacen falta leyes, pero es muy importante que estas leyes se cumplan y se hagan cumplir. En toda España está prohibido consumir, vender y dispensar bebidas con alcohol a menores, y la realidad es que hay menores que consumen, que compran y a los que se les sirve alcohol, y eso tiene que cambiar. Pero sólo con la ley no se consigue cambiar actitudes. A un menor, que con un click desde su ordenador da la vuelta al mundo, no vale con decirle que beber alcohol está prohibido, hay que explicarle y profundizar en el tema. La educación es la mejor herramienta de prevención y está demostrado que funciona, pero hace falta tiempo y recursos y hay que apostar verdaderamente por ella.
—¿Cuál es el balance de los cursos de prevención en colegios andaluces? ¿Colabora la administración educativa?
—En este curso escolar 2016/2017, la fundación impartirá más de 100.000 formaciones para prevenir el consumo de alcohol en menores escolarizados en todo tipo de centros: públicos, privados y concertados. A nivel nacional, vamos a superar los dos millones doscientas mil formaciones desde el inicio del programa. Sólo en Andalucía hemos superado el millón de formaciones. Tras recibir la formación del programa, siete de cada diez menores que han asistido al mismo declara su intención de no beber alcohol o dejar de hacerlo, si ya se ha iniciado. Acabamos de suscribir un acuerdo con la Asociación de Familias Numerosas de Sevilla, y aquí y en toda España, las familias están reclamando más prevención en escuelas. Conscientes de la bondad de nuestro Programa, de su especificidad al abordar el tema del alcohol y los menores, y del esfuerzo que implica ser un programa «acompañado» participando directamente en la formación mediante monitores específicamente preparados para ello, nos gustaría que no quedara un solo menor escolarizado que deje de recibir el Programa. Así se lo hemos pedido a la Junta de Andalucía y confiamos en que, una vez analizados todos los datos, evaluaciones y seguimiento de los resultados que hemos compartido, la Junta nos confirme su apoyo y podamos ampliar el programa.