TESOROS ARQUEOLÓGICOS
Muchos de los mejores yacimientos andaluces son desconocidos por falta de promoción
Munigua, Torreparedones, Turóbriga, Ocuri y Bobastro, entre los sitios más espectaculares para visitar
Sin entradas, sin señales para llegar, sin guardas, sin horarios ni calendarios. Muchos de los mejores yacimientos arqueológicos de Andalucía están o han estado hasta hace bien poco al albur de cualquier desaprensivo capaz de destruir en un par de horas el trabajo de recuperación de dos o incluso más generaciones. Son los monumentos que cayeron por diferentes razones en el lado equivocado, en la cara oculta de la promoción turística o cultural , en la carpeta que se traspapela una y otra vez con la firma del alto funcionario de turno que ordena y manda, hágase. Estos espacios culturales únicos, en los que las instituciones son incapaces de sacar todo el provecho, son la alternativa perfecta al turismo de sol y playa para el interior.
Detrás de estos yacimientos siempre hay unos héroes anónimos que han empeñado su tiempo en mejorarlos para que no caigan en el olvido. Desde humildes vecinos que se ofrecen como guías los fines de semanas con un móvil hasta patrullas que vigilan para que una excavadora no se lleve por delante una tumba de la necrópolis de Cilniana en San Pedro de Alcántara cuando estaba planificado por el ayuntamiento un merendero.
La magia de Bobastro
Bobastro es mágico. Un conjunto arqueológico medieval en Málaga que data de los siglos noveno y décimo entre los que destaca la iglesia rupestre mozárabe, de planta basilical con tres naves y arcos de herradura. Toda ella excavada en la roca y anexa a un complejo eremítico conventual, construida en torno al año 917 después de Cristo. Fue el refugio del rebelde muladí Omar Iben Hafsun. Desde allí preparó las revueltas contra el califato cordobés. Su conversión al cristianismo en el 899 explica la construcción de esta iglesia, excavada en la roca probablemente por tradición eremítica. Es la única basílica de origen mozárabe que se conoce de al-Ándalus. Fue destruida por Abderramán III, cuando, después de resistir como territorio independiente durante más de 50 años a los intentos cordobeses, fue conquistada el 19 de enero de 928. El acceso se realiza desde la carretera Álora-Ardales, unos dos kilómetros al norte de El Chorro y del lado sur del desfiladero de los Gaitanes.
Llegar a Munigua, en Sevilla, otro de los enclaves más interesantes, no es fácil. Hay que atravesar propiedades privadas y si se hace fuera de su horario de visitas lo más seguro es que se encuentre con perros sueltos peligrosos . Lo mejor es informarse antes. Munigua es una de las ciudades romanas más bellas e insólitas de todas las que se encuentran en España. Entre los restos de lo que fue Munigua, destacan el santuario que corona esta colina sagrada, el foro y la basílica, casas, termas y la necrópolis. A diferencia de otros núcleos de poblamiento de la Bética, Munigua solo cuenta con dos periodos de ocupación; uno prerromano desde el siglo IV a.C. que dura hasta la época de Augusto y otro ya plenamente romano que se extiende hasta el siglo V y VI d.C. Se conservan de este primer asentamiento restos de los trabajos de sus habitantes con el principal material de la explotación, la fundición de hierro. Es una excursión donde gran parte del camino hay que hacerla a pie, pero con una recompensa al final difícil de igualar.
La ciudad hispanorromana de Turóbriga, en Huelva, fue fundada en época de Nerón (54-68 d.C.). Su fin era proteger las extracciones mineras de la zona y allí emigran ciudadanos latinos con el fin de conseguir una rápida romanización. Entre época Flavia (69-96 d.C.) y el reinado de Adriano (117-138 d.C.), se construyen la mayoría de los edificios que se han excavado. A comienzos del s. III, en época de Los Severos, Turóbriga es definitivamente abandonada sirviendo de cantera para la construcción de nuevas villas rústicas y la ampliación de otras existentes, así como para la construcción del Castillo de Aroche y la Ermita de San Mamés , muy interesante para descubrir los lazos con los leoneses.
La ciudad romana de Ocuri está increíblemente bien conservada para el poco cuidado que ha tenido. Se encuentra en el cerro del Salto de la Mora en Ubrique, Cádiz. Es un asentamiento con más de 3.000 años de antigüedad que prosperó gracias al control del paso de personas y mercancías desde El Estrecho hacia el interior de la Península. La visita guiada de dos horas es apta y recomendable para toda la familia, informa Mercedes Morales.
Entre Baena y Castro del Río
Por último, el lugar conocido como Torreparedones o Torre de las Vírgenes está ubicado en plena campiña cordobesa, pertenece a los términos municipales de Baena y Castro del Río. La ocupación humana está atestiguada desde el II milenio a.C. hasta la Baja Edad Media. En época ibérica el poblado se dotó de una potente muralla de casi kilómetro y medio. De la época romana es su colonia Ituci Virtus Iulia que cita Plinio en su Historia Natural.