Barómetro andaluz

Del «montaje« al «respaldo»

La encuesta y el acuerdo municipal del PSOE y Cs en Sevilla, a espaldas de los partidos, animan el patio parlamentario

Juan Marín y Susana Díaz hablando en la puerta del Salón de Plenos del Parlamento J.M. Serrano

Stella Benot

No hay nada peor para un líder que pasar inadvertido , que quedar al margen de lo que se cuece en los principales foros políticos. Pero eso es exactamente lo que le sucedió este miércoles a Susana Díaz (PSOE) y a Juan Marín (Ciudadanos) que se quedaron con cara de póker cuando conocieron por los medios de comunicación que sendos subordinados de sus respectivos partidos habían firmado un acuerdo de gobernabilidad en el Ayuntamiento de Sevilla para los próximos dos años.

Juan Espadas no ha informado a nadie de la dirección regional del PSOE — por cierto, tampoco de la Federal— de su intención de firmar un acuerdo con Ciudadanos con el argumento de que se trata de un asunto de gestión interna del Ayuntamiento.

Pero todos saben que va mucho más allá. Que no es una cuestión doméstica. Espadas —a quien muchos militantes socialistas señalan como el próximo líder regional del PSOE y candidato a la Junta— muestra su independencia de una Susana Díaz cuya autoridad ha sido ninguneada. Los rostros en el PSOE andaluz ayer lo decían todo. Si había alguna duda de las intenciones del regidor sevillano, ayer quedaron resueltas. Va por libre y decidirá su futuro político como considere oportuno... y cuando reúna los votos suficientes para ello, que de eso ya se está encargando su lugarteniente Juan Carlos Cabrera .

En Ciudadanos la cosa ha sido diferente. Juan Marín , líder del partido en Andalucía, no tenía ni idea de estas negociaciones —que llevan meses produciéndose— porque Álvaro Pimentel (portavoz naranja en el Ayuntamiento de Sevilla) ha informado a la secretaria de Acción Institucional de Andalucía, Mónica Moreno , que pertenece a la corriente de los críticos con Marín. Pimentel no se ha salido de los cauces establecidos por su partido porque también informó a la dirección nacional de su partido. Sin embargo, nadie ha tenido a bien contárselo al vicepresidente andaluz.

Esta jugada de ajedrez también afecta al PP andaluz que trataba de templar los ánimos negando que este movimiento perjudique a la estabilidad del Gobierno andaluz y, mucho menos, que se deba a un giro en la política de pactos de Inés Arrimadas. «Hay acuerdos de máxima lealtad en la Junta y otros pactos en los ayuntamientos iguales de leales, de la misma forma que tienen acuerdos con otras fuerzas políticas», decía el portavoz popular José Antonio Nieto. ¿Convencido o para autoconvencerse?.

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